La gota (ausencia 2)




Sergio De los Reyes  (07-22-2003)

Yo te exhorto que vayas un momento a la cocina y abras muy lentamente la llave del fregadero. Deja caer una gota de agua. Haz todo el silencio posible. No permitas que ni una mosca interrumpa el instante. Observa minuciosamente la minúscula pancita transparente de cabeza alargada taladrando el vacío. Preeessstaa..aten..cioooon, aceeercaaa el oiidooo… ¿No escuchas su grito de terror al romper el aire? No ves sus ojos cerrados por miedo al desconocido fondo? No la pierdas de vista aunque te espante, ni si quiera después de verla desvanecerse en pedazos como una hecatombe, como un hongo atómico que lo salpica todo y se diluye en una gran honda expansiva a lo largo del charco que hay abajo. Espero que te hayas fijado bien en esa gotica de agua que ahora es una mar inmenso en remolino que se va por el tragante, no se a adonde. Pues así, definitivo e inquebrantable, es este nudo en la garganta que cae como la gota, ante tu nueva ausencia.


                                                

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