Rodríguez


Dedico estre trabajo a la memoria de mi padre, Dagoberto Rodríguez, nacido en Vereda Nueva en 1923, pensador, campesino, tallador de diamantes, quien descansó en La Habana en 1994 luego de hacerme ver que «la vida es bella y en colores».
Silvio Rodríguez
La Habana y Octubre de 1994.


  1. Escaramujo
  2. El problema
  3. Casiopea
  4. Flores nocturnas
  5. Canción de Navidad
  6. Ando como hormiguita
  7. Debo
  8. Tocando fondo
  9. Desnuda y con sombrilla
  10. Del sueño a la poesía
  11. La vida

Escaramujo

¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza
con otra, como un dibujo?
Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y el mar?
Yo vivo de preguntar:
saber no puede ser lujo.

El agua hirviente en puchero
suelta un ánima que sube
a disolverse en la nube
que luego será aguacero.
Niño soy tan preguntero,
tan comilón del acervo,
que marchito si le pierdo
una contesta a mi pecho.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.

Soy aria, endecha, tonada,
soy Mahoma, soy Lao-Tsé,
soy Jesucristo y Yahvéh,
soy la serpiente emplumada,
soy la pupila asombrada
que descubre como apunta,
soy todo lo que se junta
para vivir y soñar:
soy el destino del mar:
soy un niño que pregunta.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.


El problema

El problema no es
si te buscas o no más problemas
El problema no es
ser capaz de volver a empezar
El problema no es
vivir demostrando
a uno que te exige
y anda mendigando
El problema no es
repetir el ayer
como fórmula para salvarse.
El problema no es jugar a darse
El problema no es de ocasión
El problema señor
sigue siendo sembrar amor.

El problema no es
de quien vino y se fue o viceversa
El problema no es
de los niños que ostentan papás
El problema no es
de quien saca cuenta y recuenta
y a su bolsillo
suma lo que resta
El problema no es de la moda mundial
ni de que haya tan mala memoria
El problema no queda en la gloria
ni en que falten tesón y sudor
El problema señor
sigue siendo sembrar amor

El problema no es
despeñarse en abismos de ensueño
porque hoy no llegó
al futuro sangrado de ayer
El problema no es
que el tiempo sentencie extravío
cuando hay juventudes
soñando desvíos
El problema no es
darle un hacha al dolor
y hacer leña con todo y la palma
El problema vital es el alma
El problema es de resurrección
El problema señor
será siempre
sembrar amor.


Casiopea

Como una gota fui de la marea
la playa me hizo grano de la arena.

Fui punto en multitud por donde fui
nadie me detectó y así aprendí.

Cuando creí colmada la tarea
volví mi corazón a Casiopea.

Cumplí celosamente nuestro plan:
por un millón de años esperar.

Hoy llevo el doble dando coordenadas
pero nadie contesta mi llamada.

¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?.

Hoy sobrevivo apenas a mi suerte
lejano de mi estrella de mi gente.

El trance me ha mostrado otra lección:
el mundo propio siempre es el mejor.

Me voy debilitando lentamente
Quizás ya no sea yo cuando me encuentren.


Flores nocturnas

Se abren las flores nocturnas de quinta avenida
para esos pobres señores que van al hotel
flores que rompen en la oscuridad
flores de guiños de complicidad
flores silbando suicidios
flores de aroma fatal.

Qué jardinero ha sembrado la quinta avenida
con variedad tan precisa de nocturnidad
cuál es su especie y cuál su país
qué fino abono nutrió su raíz
dándoles tono silvestre
dónde estará su matriz.

Flores que cruzan las puertas prohibidas
flores que saben lo que no sabré
flores que ensartan su sueño de vida
en guirnaldas sin fe
flores de sábanas con ojos
flores desechables
campanillas del antojo
flores comiendo sobras del amor.

Brotan, rebotan, explotan por quinta avenida
son arrancadas y parten con aire veloz
dicen que es duro el oficio de flor
cuando sus pétalos se ajan al sol
pálidas flores nocturnas
flores de la decepción.

Flores que cruzan las puertas prohibidas
que saben lo que no sabré
que ensartan su sueño de vida
en guirnaldas sin fe
flores de sábanas con ojos
flores desechables
campanillas del antojo
flores sin primavera ni estación
flores comiendo sobras del amor.


Canción de Navidad

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.


Ando como hormiguita

Ando como hormiguita por tu espalda
ando por la quebrada dulce de la seda
vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.

Tú te vuelves pidiendo el cielo
apuntando a la luz con flores
y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos.


Debo

Debo escuchar otra vez la guitarra del barrio
y recorrer mi ciudad para reconocerla
debo volverme a encantar como supe de niño
y despertar como un dios que alargara la sienta.

Debo leer en el mar la lección de lo inmenso
y renombrar el color que la vida me enseña
debo saber respirar un oxígeno fresco
y regresar a ese sol que contigo me espera.

Debo aprender que mañana es un mundo habitable
lleno de instantes, promesas y besos y sueños
debo encontrar la semilla del hijo y del padre
debo bañarme otra vez en el claro deseo
en el hondo deseo, deseo.

Debo ponerme a brillar con la luna entreabierta
y recostarme en la paz que humedece tu abrigo
debo saberle cantar a una noche tan nueva
como aquella que una vez estrenaras conmigo.


Tocando fondo

Tocando fondo nací un buen día,
tocando fondo ando todavía.
Menos hermosos que como fuera,
menos odioso que de otra manera.

Me declaro imperfecto
pateando la sombrilla.
Prefiero ser abierto
a pasearme anunciando
que soy la maravilla.

Me publico completo,
me detesto probable.
Si uno no se desnuda
se transfigura en reto
todo lo desnudable.

Tocando fondo, como ir cantando,
es algo hondo, que no anda esperando.
No tocar duro nuestras verdades
levantando muros, pudre capitales.

Quizás sea inoportuno
o acaso delirante.
Soy de tantas maneras
como gente pretenda
nomás calificarme.

Asumirse los fueros
es no dictaminarse.
Me publico completo,
me espero mejorable
desde mi parlamento
de guitarra sonante.

Tocando fondo nací un buen día,
tocando fondo ando todavía.


Desnuda y con sombrilla

Tú sentada en una silla
yo de pie con expresión de lord
tu desnuda y con sombrilla
yo vestido pero con calor.

Tú con uñas y con dientes
mirándome de frente
con brillo de matar.
Yo retrocediendo un poco
llenándome de un loco
deseo de sangrar.

Tú besando tus rodillas
yo discreto pero sin rubor
tú creando maravillas
yo soñándome esquimal sin sol.

Tú con un ritmo tan lento
buscando un alimento
frotado con alcohol.
Yo de pronto ensimismado
mirándote alelado
colmada de licor.

Tú ardiente y sin capilla
yo quitándome el sombrero alón
tú dispuesta la vajilla
yo al filo de mi pantalón.

Yo a punto del delirio
extraigo un solo cirio
que poso ante tu flor.
Tú susurrando un misterio
de un no sé qué venéreo
me das un protector.


Del sueño a la poesía

A Faberlo, a Suyú y a Belkis

Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía,
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía.

En un sofá diminuto
posa minúscula gente.
Unos sonríen al lente,
otros cuentan los minutos.
Bichejos de rostro enjuto
se asoman a celosías
y carroñeras arpías
prestan garras al retablo,
mientras hace redonda el diablo
del sueño a la poesía.

Un pavorreal se pasea
por un desván en penumbras
y a su paso, que deslumbra,
la oscuridad se voltea.
¿Qué transformó pluma en tea
de apariciones umbrías?
¿Qué pasión, qué melodía
tocó el corazón humano
para conducir la mano
del sueño a la poesía?


La vida

A Liliana y Carlos,
los casimédicos de Medellín.

La vida de un pájaro en vuelo
la vida de un amanecer
la vida de un crío
de un bosque y de un río
la vida me ha hecho saber.

La vida del sordo y del ciego
la vida que no sabe hablar
la del triste loco
la que sabe a poco
la vida me ha hecho soñar.

La vida voraz que se enreda
la vida que sale a jugar
la vida consciente que queda
la vida que late en el mar.

La vida que brota de un muerto
la vida que no se murió
la de los desiertos
la de un libro abierto
la vida me ha hecho cual yo.

La vida que alumbra en el trueno
la vida final de un adiós
la vida goteando de un seno
la vida secreta de un dios.

La vida que pende de todo
la vida de cada emoción
la vida en exceso
la vida de un beso
la vida me ha hecho canción.


Créditos

Grabado en La Habana entre 1992 y 1994
Letra y música: Silvio Rodríguez
Grabación: Jerzy Belc y Alejandro Rodríguez
Mezclas: Jerzy Belc, Silvio Rodríguez y Alejandro Rodríguez
Periféricos: Miguel Ángel Bárzagas
Foto portada: Roberto Coggiola
Diseño gráfico: Silvio Rodríguez
Producción: Silvio Rodríguez


Comentarios: Héctor Velarde

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Última revisión: 06/04/98