Silvio


  1. Compañera
  2. Trova de Edgardo
  3. La desilusión
  4. Y Mariana
  5. Abracadabra
  6. Hombre
  7. Monólogo
  8. El necio
  9. La guitarra del joven soldado
  10. Quién fuera
  11. Juego que me regaló un 6 de enero
  12. Crisis (instrumental)

Compañera

La canción es la amiga
que me arropa
y después me desabriga;
la más clara y obscura,
la más verde y madura,
la más íntima
la más indiscreta.
La canción me da todo,
aunqe no me respeta:
se me entrega feliz
cuando me viola.
La canción es la ola
que me eleva y me hunde,
que me fragua
lo mismo que me funde.
La canción compañera,
virginal y ramera, la canción.

Comenzamos un día
por los tiempos
de siempre y todavía;
comenzamos felices
a juntar cicatrices,
como buenas señales de los años,
y, peldaño a peldaño,
levantamos paisaje
sin excusa, sin ruego
y sin ultraje.
¿Quién se atreve a decirme
que debo arrepentirme de la esperma quemante
que me trajo?
Porque sangra de abajo
yo no vendo ni rajo mi pasión.

Entre drama y comedia
he llegado trovando
a la edad media;
torpe, pero sincero,
aún no soy caballero
(y que el cielo
me libre de cordura)
No me embriaga la altura
ni me aburren los sueños;
no es por moda que estallo
y que me empeño.
El amor sigue en brete
y el camino a machete,
más no lloro por tal
ni me amilano,
si conservo mis manos,
mi sudor y el humano corazón.

Partiendo de que es una canción a mis canciones, podría pensarse que el título debería ser HIJAS, o algo así. Pero, en mi caso, calificar de simple y llana paternidad la relación con mis canciones, más que injusto hubiera resultado estafa. Es cierto que por mi culpa, mis canciones han venido al mundo a correr toda suerte de riesgos; pero, asi mismo, ellas me han alumbrado para un destino semejante.


Trova de Edgardo

Hoy
a mi puerta un pájaro trinó,
pero abrí
y una sombra se echó a volar.
Hoy
recordé a Edgardo,aquel señor
fumador
de ampolas, que era juglar.

Hoy haré una página celeste,
trovadicta, trovardiente.
Hoy, cantando sólo con la luna,
ya que se hizo puta la fortuna.
Hoy me trovaré para alegrarme,
como Edgardo, sin alarde.

Hoy
recordé a Edgardo,aquel señor
fumador
de ampolas, que era juglar.
Hoy
a mi puerta un pájaro trinó,
pero abrí
y una sombra se echó a volar.

No es la primera que le escribo a Poe, a quién leí desaforadamente en mi adolescencia, o sea todavía. Tampoco es el primer homenaje que rindo a la trova tradicionalmente cubana. Es sólo la primera vez que consigo empalmar ambas ideas sin que se vea la soldadura.


La desilusión

Como monedas
tintineó su tema
la desilusión.
Con boca roja
y grandes mamas flojas
la desilusión.
Fumando rubios
y exhalando alcohol,
bordado el dueño de la cama
en la ropa interior.

Qué delirio en interrogación,
qué suicidio en investigación:
brillante exposición de modas
la desilución.

Abrió un negocio,
reanimando el ocio,
la desilusión.
Como turismo
inventó el abismo
la desilusión.
Tocó el diamante
y lo volvió carbón,
y al atorrante
lo sembró en la administración.

Qué delirio en interrogación,
qué suicidio en investigación:
brillante exposición de modas
la desilución.

Está de moda desilusionarse. De todo: desde la historia hasta el turísmo. Pero yo creo que hay historias y hay historia. Y respecto al turísmo creo que lo que no tiene, como la verdad, es remedio.


Y Mariana

Siempre hay quien quisiera ser distinto,
nadie está conforme con lo que le tocó.
El de edad quisiera ser un niño
y el rapaz se raspa sus pelusas en flor.
Los que nada tienen quieren algo,
los que tienen algo quieren todavía más.
Para pretender el mundo es largo,
para conformarse se inventado el jamás.

Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana quiere ser canción.

La tolerancia es la pasión de los inquisidores.
El buen ladrón quisiera no tener que robar.
Le deben al silencio la voz los ruiseñores.
La eternidad no es más que un truco
para continuar.

La libertad sólo es visible para quien la labra
y en lo prohibido brilla astuta la tentación.
Nacer a veces mata y ser feliz desgarra.
¿A quién acusaremos cuando triunfe el amor?

Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana quiere ser canción.

Estaba rodeado de niños. Uno quería llegar a ser médico, otro pintor, otro cosmonáuta. Y Mariana...


Abracadabra

Una mujer
por despecho -o por placer-
enterró en un jardín
un coco seco mojado en carmín.
Luego un rival,
narcotraficando el mal,
escupía con ron
y alfilereaba un feliz corazón.

Yo no se
cómo hay quien malversa la vida
cómo hay quien invoca una hérida
como pueden gastar el amor.
Yo no se
(Como si no faltaran las penas;
como si nos sobraran las cenas
como si diera dicha el dolor.)
Yo no se
si el mal tiempo trae mala fe;
si la desesperación hace blanco
y se cierran los laicos colegios;
si se vuelve al sortilegio
y aprendices de delfín
creen llegar a Merlín.
Yo no se
si el mal tiempo trae mala fe,
pero a mí lo que me embruja es volar
y hechizarme con tus sortilegios:
soy brillante en tu colegio;
subo nota en el amor,
vuelo allí
como al sol
un colibrí.

Abracadabra,
curandera mi palabra,
todo mal pone bien,
sana del odio y vacuna también.
Abracadabra,
siga la pata en su cabra,
girasol, alhelí,
la mariposa besó al colibrí.

Hace unos meses vínieron a casa unos amigos y me alertaron sobre todo tipo de hechizos siniestros que amenazaban cada rincón de mi existencia. Ante tal peligro no tuve otro recurso que elaborar este sortilegio de resguardo.


Hombre

De quererte cantar sufro disnea
bastante más allá de los pulmones.
Tu sombra brilla hoy en la pelea
mayor de la conciencia y las razones.
Por ti canto de pecho,
como el sueño en que giro
y leve, como aún respiro.
Por ti adelanto trecho
a lo que falta en tono
y canto lo que no perdono.

Hombre, hombre y amigo,
aún queda para estar contigo.
Hombre, hombre sin templo
desciende a mi ciudad tu ejemplo.

Supiste cabalgar contra quien odia
desde su torre de odio y exterminio,
pero, en mi parecer, te dio más gloria
el alma que tallaste a tu dominio.
La medicina escasa,
la más insuficiente
es la de remediar la mente.
Y la locura pasa
risueña cuando engaña,
cual odio de la propia entraña.

Hombre sin apellido,
un poco de piedad te pido:
hombre, ay, todavía,
que un tanto más allá está el día.
De la melena inculta a la calvicie,
del número inicial a lo incontable,
desde la tumba hasta la superficie,
tras breve veinte tan multiplicable
me llega un canto alado
de fiebres de la infancia,
me brota la invención del ansia
y entero y mutilado,
furiosamente a besos,
te doy mi corazón travieso:

Hombre, hombre sin muerte,
la noche respiró tu suerte,
hombre de buen destino,
y hay luces puestas en camino.

La compuse hace cinco años, cuando el Che cumplía veinte de asesinado. Ahora hace un cuarto de siglo y me estremece igual.


Monólogo (a Teté Vergara)

Favor, no se molesten,
que pronto me estoy yendo;
no vine a perturbarles
y menos a ofenderlos.
Vi luz en las ventanas
y oí voces cantando
y, sin querer, ya estaba tocando.
Yo también me alegraba
entre amigos y cuerdas,
con licores y damas,
mas ¿de eso quien se acuerda?
Una vez fui famoso,
siempre andaba viajando:
aquí traigo una foto,
actuando.

Me recordaron tiempos
de sueños e ilusiones.
Perdonen a este viejo,
perdonen.

Ya casi me olvidaba
pero, para mañana,
van a dar buen pescado,
hoy nos llegaron papas
y verduras en latas
al puesto del mercado.
En cuanto llegue y coma
me voy para la zona,
por lo de la basura.
Como la noche avanza
los dejo con la danza,
el canto y la cultura.

Disculpen la molestia,
ya me llevo mi boca.
A mi edad la cabeza
a veces se trastoca.
En la alegría de ustedes
distinguí mis promesas
y todo me parece
que empieza.
Favor, no se molesten,
que casi me estoy yendo;
no quise perturbarles
y menos ofenderlos.
Vi luz en las ventanas
y oí voces cantando
y, sin querer, ya estaba soñando.
Vivo en la vieja casa
de la bombilla verde.
Si por allí pasaran,
recuerden.

Teté Vergara es uno de esos seres con quiénes uno tiene una deuda interna impagable. Su amor, su paciencia, su sabiduria y hasta el sofá de su salita eran mi refugio hace años, cuando empezaba a cantar. Y contaba cosas que con el paso del tiempo en vez de alejarse se me abalanzaban como si aquellos cuentos de ella jugaran a ser profecías.


RealAudioEl necio

Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).

Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Dicen que me arrastrarán po sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy result anecio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.

Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Es una canción de marketing, de precios. Y para que nadie se imagine que soy santo, voy a poner el mío (por ahora): El levantamiento del bloqueo a Cuba y la entrega incondicional del territorio Cubano que E.E.U.U. usa como base naval en Guantánamo.


La guitarra del joven soldado

La guitarra del joven soldado
es pecosa y discreta.
Es tan tímida que sólo canta
pasadas las diez.
Cuando tocan silencio ella espera una hora
y se escurre de puntas, los pies,
y en el monte, debajo de un árbol,
suelta al viento su amor y su fe.

La guitarra del joven soldado
revela secretos,
se desata por una mirada
en arpegios de amor.
Cada instante le pide tonadas y sones,
canciones que nunca escuchó,
y buscándolas siempre amanece
procurando un acorde mejor.
La guitarra del joven soldado
hoy tampoco durmió.

La guitarra del joven soldado
es la celosa amante que lo ha de seguir
en la dicha y también en el llanto,
pero siempre ayudando a vivir.
La guitarra del joven soldado
es su mejor fusil.

No es más que una receta para todos los reclutas del mundo. Si la siguen, les garantizo que matan el aburrimiento.


Quién fuera

Estoy buscando una palabra
en el umbral de tu misterio.
¿Quién fuera Alí Ba-ba?
¿Quién fuera el mítico Simbad?
¿Quién fuera un poderoso sortilegio?
¿Quién fuera encantador?

Estoy buscando una escafandra,
al pie del mar de los delirios.
¿Quién fuera Jacques Custeau?
¿Quién fuera Nemo el capitán?
¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo?
¿Quién fuera explorador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Estoy buscando melodía
para tener como llamarte
¿Quién fuera ruiseñor?
¿Quién fuera Lennon y McCartney,
Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque?
¿Quién fuera tu trovador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Cuando la terminé se la mande a Chico Buarque, porque de los mencionados es el único con quien mantengo comunicacion por escrito. Me contestó que había acertado en hubicarlo entre los muertos, ya que hacía tres años que no hacía un disco y que estaba escribiendo una novela. Aquello me preocupó. ¿Cómo podía haber metido la pata de aquella forma, sacándole sin querer los fantasmas de la sequía a un amigo tan querido, a un trovador tan maravilloso? Unos meses después, leyendo las fabulosas cifras de venta de su novela, se me quitaron los retortijones.


Juego que me regaló un 6 de enero

Soy ciudadano del amor,
llevo dogal de belleza
entre la hombrera y la cabeza,
entre rodilla y cinturón.
Haciendo crítica social
me perfumé de valiente,
creyeron que era disidente
y no era más que natural.

Martí me habló de la amistad
y creo en él cada día,
aunque la cruda economía
ha dado luz a otra verdad.

El mundo tiene la razón
puesta en el pan, en el diario,
ese señor rudimentario
que nos dará la absolución.

Ciega,
la vida nueva es
como un verso al revés,
como un amor por descifrar,
como un Dios en edad de jugar.
Trino,
vete al destino, al punto que será final,
juega a lo que no jugué
y canta que aunque sin rey mago
sigo en pie.

Seguro estoy requete mal,
debo sufrir algo extraño,
pues ni la hiel ni el desengaño
me dan canción de funeral.

El fin de siglo trae la sien
cebada de pudredumbre,
como invitándome a una lumbre
que prenderá quien ame bien.

Bendito el tiempo que me dio
una canción sin permiso.
Bendito sea el paraíso
algo infernal que me parió.

El día del Armagedón
no quiero estar tras la puerta,
sino soñando bien alerta,
donde esté a salvo de perdón.

Ciega,
la vida nueva es
como un verso al revés,
como un amor por descifrar,
como un Dios en edad de jugar.
Trino,
vete al destino, al punto que será final,
juega a lo que no jugué
y canta que aunque sin rey mago
sigo en pie.

Cuando yo estaba en el tercer grado, mi maestra pensaba que yo era anormal. Oí como se lo decía a los padres de una niña, fuera del aula, aunque me esncontraba esperando a que terminara la clase de catecísmo. A mi no me metían en aquella lección porque mi padre lo había prohibido, con la amenaza de ponerme en otra escuela. La hija de auqellos padres que me miraban con arrobada piedad, se llamaba Lupe. Era muy buena y aplicada, era la excelencia anual del colegio y aquel año sus padres estaban preocupados porque sus notas habían bajado un poquito. Ni sus padres ni la maestra podían saber que Lupe, a quien yo amaba como un condenado, nos enredábamos en extensas discuciones espirituales cuyo meollo era la existencia de los tres reyes magos. Ella afirmaba que no existían, que eran nuestros padres, y yo, que no iba a la clase de religión, lo contrario. Un buen ejemplo de cómo el hábito no hace al monje.


Crisis

No era con serpientes, pero cuando menos soñaba con algún tipo nuevo de bichejo y esta era su música. Me senté en la cama, eché redes al sueño que a duras penas se desvanecía y extraje una madera de sonidos que se ordenaban solos, como si el ovillo no hubiera sido más que una engañifa. Luego traté de dormir, pero sólo conseguía volver siempre a la guitarra, como un síndrome de abstinencia. A las dos de la tarde tenía un turno para grabar unas canciones, pero ya no podía pensar sino en Crisis, ya no tenía poder para otro sonido que no fuera el suyo; la música sujeto, yo instrumento.


Créditos

Todos los textos, música, arreglos, guitarras, voces y sonidos de estas grabaciones fueron concebidos y realizados por Silvio Rodríguez.

Gracias a Luly, María y Roberto, Núñez y Rafaelito, Frank, Alina, Liana y Frank Ernesto, ICAIC, Instituto Cubano de la Música y EGREM.

Autor de todos los temas: Silvio Rodríguez

Grabado en La Habana entre junio de 1989 y julio de 1992.

Grabación: Jerzy Belc y Jorge
Mezclas: Jerzy Belc y Silvio Rodríguez
Periféricos: Miguel Angel Bárzagas
Auxiliar de Estudios: Isel Martínez
Foto de portada: Roberto Coggiola
Contraportada: Facsímil de una carta de Silvio Rodríguez a Atahualpa Yupanqui.


Gracias a Fernando López Martínez por su ayuda en la elaboración de esta página.

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Última revisión: 08/04/98