El hombre extraño


  1. El hombre extraño
  2. Dos historias
  3. Versos de guardia
  4. Voy y no es todo
  5. El día que no importaba
  6. Parte del tiempo
  7. No basta
  8. Dices que la canción

El hombre extraño

Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.
Besaba a las personas,
al perro, al mobiliario
y mordía dulcemente
la ventana de un cuarto.

Cuando salía a la calle
le iba besando al barrio
las esquinas, aceras,
portales y mercados,
y en las noches de cine
(también las de teatro)
besaba su butaca
y las de sus costados.

Por estas y otras muchas
los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,
donde no recordarlo,
y cuentan que en su celda
besaba sus zapatos,
su catre, sus barrotes,
sus paredes de barro.

Un día sin aviso,
murió aquel hombre extraño
y muy naturalmente
en tierra lo sembraron.
En ese mismo instante,
desde el cielo, los pájaros
descubrieron que al mundo
le habían nacido labios.

(1989)


Dos historias

Los dos fueron extranjeros
en una misma ciudad.
Los dos fueron la verdad
que para el otro hizo fuego.

Los dos cantaron los nombres
de los sublimes ardores.
Los dos regaron con flores
la mejor rabia del hombre.

Se conocieron en años
jóvenes de la promesa.
Los dos llenos de sorpresas
para sufrir menos daños.

Después, bien juntos, se fueron
cada cual a sus memorias
como eran dos historias, ambas tenían derrotero.

Los dos mataron a pelo
los días que más amaron
y como prueba dejaron
besos en un aguacero.

(1989)


Versos de guardia

Un poema voló de madrugada
por sobre la ciudad, enamorado,
rozándome la frente de pasada
y dejando una voz a mi cuidado.

Pajarito cantor de vieja noche:
tráfico de un deber y mil senderos:
página misma en la que cabe un broche
y un cotidiano hacer de compañeros;
Tiempo de una canción desabrigada;
autos, horas vigilia que reseño;
gatos a los que cuento que mi empeño
en esta soledad con madrugada,
es un poema que te vela el sueño.

(1988)


Voy y no es todo

Cuando quiero beber
voy y no es sed.

Cuando quiero soñar,
voy y no es nube.

Cuando quiero llorar
voy y no es muerte.

Cuando quiero vivir,
voy y no es todo.

(1988)


El día que no importaba

Mi peor día en el mundo,
no fue el que tú me dabas
el día peor, inmundo
fue el día que no importaba.

Ese día quedé ciego,
inválido, mudo, yerto
sin insultos y sin ruegos
sin estar vivo ni muerto.

Si alguna vez tienes día
cela tu propio sentido,
porque la luz se vacía
en la aurora del olvido.

(1989)


Parte del tiempo (nuevo)

El nuevo tiempo trae nuevas cruces
y resulta ser nuevo tiempo duro;
tiempo de certidumbres, como luces
que van nombrando el sol desde lo oscuro.

El nuevo tiempo exige su alimento
con menos humo sobre nuestras calles,
homosexuales por el firmamento
y ballenas felices en sus valles.

El nuevo tiempo se simula encueros
pintándose la piel sobre el vestido.
El nuevo tiempo no es un tiempo nuevo:
es sólo tiempo, viejo conocido.

El nuevo tiempo espera por canciones
que iluminen e inflamen desde abajo,
pero no hay más
hoguera en las razones
que la vieja lumbrera del trabajo.

De nuevo un tiempo
nuevo impugna dioses
y quizá sobreviva a su cinismo,
siempre que no
termine en las atroces
y amargas estaciones de egoísmo.

El nuevo tiempo planta su derecho
humano y natural
contra el absurdo
y yo, con poca voz, pero de pecho,
canto porque el
derecho sea más zurdo.

(22, X, 1988)


No basta

Cuando te juegas bien
(no sólo vida, sino buscando
latitud y nombre),
comienzas a ganar la gran partida
lejos del animal, cerca del hombre.

No basta presentar el pecho al plomo;
no basta enarbolar feroces lemas:
la justicia azotar debe tu lomo
hasta llevarte allá, donde más quema.

A veces defender a un compañero
de la calumnia, es más que ir a la guerra.
A veces la verdad de largo vuelo
es lo más cotidiano de la tierra.

(1987)


Dices que la canción

¿Dices que la canción va en mi bolsillo?
Barbaridades tiene la ignorancia.
Nunca llevo otra cosa que distancia,
eco de un sol y un pájaro sencillo.

Acaso porté vértigo con brillo
de los que falta por hacer y añoro.
Ese es simple, pálido tesoro
que no es metal y menos amarillo.

Este asunto no vale de querella
y te voy a curar el desatino:
una mujer me ha dado este camino:
una mujer de solitaria estrella.

Te puedo asegurar que mi destino
sólo es andar en el bolsillo de ella.


Créditos

Dirección Musical: Carlos Alfonso
Producción Musical: Carlos Alfonso
Grabación y mezcla: Jerzy Belc
Personal Manager: Alikó
Producción Ejecutiva: Tony Méndez
Marketing y Promoción: Gabriel Blanco
Letra: Silvio Rodríguez
Música: Carlos Alfonso (1, 3, 5, 6, 7 y 8), Carlos Alfonso y Esteban Puebla (2 y 4).


Comentarios: Héctor Velarde

[ Silvio Rodríguez ]

Última revisión: 06/04/98