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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


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Armando Acosta
01-02-2009 (07:35 pm)
Creo que es hora de cambiar el tema. Llevamos varios mensajes dando vuelta sobre las mismas ideas, cada cual en sus casillas, sin hacer ningún aporte.

¿Décimas?

P.D. --En castallano no se dice "reversar" sino "revertir".

Armando Acosta
01-01-2009 (03:35 am)
(... entre paréntesis): Estuve leyendo el tema de las Decimas y me he reido como un idiota... ¿Qué tal si lo repetimos?


Armando Acosta
12-31-2008 (06:21 pm)
Se me había olvidado comentarte esto que dijiste:

"(... y ahi si estoy de acuerdo contigo, no esta garantizada, como no esta garantizado nada en esta vida)"

Hay cosas que sí están garantizadas. Las leyes de la Fisica lo están. Y sin esa garantía (confianza) la Ciencia en su conjunto sería "point less".

Armando Acosta
12-31-2008 (05:32 pm)
Corrian los años 1500 antes de Cristo cuando los dorios comenzaron a invadir el Peleponeso aplastando la civilización misénica. La historia de Grecia entró en una "Era de las Tinieblas" (dark ages) de la cual no se recuperó sino hasta bien entrados los 800's A.C.

Corrian los años 500 después de Cristo cuando toda Europa quedó en manos de tribus germánicas fraccionadas que dieron lugar a los primeros reinos cristianos y el inicio del feudalismo. El explendor de Roma simplemente había desaparecido. Europa conoció otro largo período de Tinieblas.

De modo que no se trata de "saltos cualitativos", ese concepto que se nos enseñó como un dogma en las univercidades cubanas y que nunca llegamos a comprender del todo. Se trata de pasos hacia atrás y hacia adelante y de la no garantía de "leyes objetivas de la historia" porque ahi está el hombre para violarlas.

Por favor, no vuelvas a decirme que el conocimiento se viene acumulando desde hace siglos porque eso se sabe, es trivial, y no hace falta repetirlo. Dime más bien que no es cierto que la masividad de las comunicaciones (hasta el punto de que cualquier ciudadano puede broadcast sus ideas al mundo) no es un catalizador al desarrollo, tan catalizante que llega a asustar... (a mi, me asusta).

Armando Acosta
12-31-2008 (02:16 pm)
Juaqui, tu respuesta anterior fue magestuosa pero esta se me queda corta. Te invito a releer mi mensaje...

"Atrasados en relacion a que?" —Respecto al punto en que estaríamos si el desarrollo se rigiera tan solo por su "aritmética".

"Un fenomeno que se viene gestando desde que los egipcios enviaron la primera carta..." —Lo peculiar no está en la existencia misma de la comunicación sino en el hecho de que esta esté al alcance de todos y cada uno de nosotros.

"Si esto ultimo (la internet), provoco el salto cualitativo (acumulacion de saltos cuantitativos), quiza, no se, voy a revisar el Konstatinov" —No creo que haga falta consultarlo, ya que su caracter explosivo y su consecuente aporte cualitativo salta a la vista.

Armando Acosta
12-31-2008 (02:22 am)
El desarrollo de la civilización es un fenómeno interesante. Es cierto que el conocimiento se acumula; diría incluso que esto es, de hecho, la esencia misma de la civilización.

Pero el mecanismo de esa "acumulación" no es tan simple. Que el conocimiento "se conserve" (a lo largo de generaciones) es ya bastante relevante; que sobre él se erijan nuevos conocimientos, en forma escalonada, es ya la promesa de un desarrollo meteórico como el que observamos hoy. Y entonces... ¿por qué estamos tan atrasados todavía?

Me gustaría poder sacar cuentas (no tengo idea de cómo), pero sospecho que si ese mecanismo ha estado activo desde el inicio mismo de la civilización, ya a estas alturas deberíamos estar viviendo en un paraíso terrenal construido por nosotros mismos. No es así. Algo parece haber fallado.

Hay un aspecto aritmético que pudiéramos considerar. No basta con que la "base" sea cada vez más ancha (acumulada); también hay que contar con los "canales" que el conocimiento necesita para propagarse. Esto tiene que ver con la población, y dentro de ella, con el número de personas que realmente constituyen "canales" para la propagación del conocimiento. A medida que la población crece, así deberían ensancharse esos canales.

Por supuesto que no es tan simple. La población mundial no es un todo. A lo largo de toda la historia y con la sola excepción de los últimos dos o tres siglos, la humanidad ha estado disgregada en grupos casi aislados los unos de los otros. Hay entonces que considerar "canales troncales" entre grupos (reinos, imperios, etc), más estrechos que los existentes dentro de cada uno de ellos. Esto pudiera explicar un poco el "retrazo".

Sin embargo, tampoco se trata de un problema meramente aritmético. La motivación del conocimiento acumulativo no está en la necesidad sino en la curiosidad. Tiene que ver, más con la naturaleza del hombre, con su cultura. Y es aquí donde entra lo dicho en mi mensaje anterior sobre los "caprichos" de los hombres.

Visto desde un cierto ángulo, la historia nos parece un proceso continuo con "accidentes". Visto desde otro, nos parece un viaje a la deriva sobre una corriente que, a pesar de nuestro desconcierto, nos transporta en su dirección. En esta última visión, los "accidentes" son en realidad la forma normal de andar por esta vida mientras que el verdadero misterio está en esa corriente subyacente que nos arrastra hacia el desarrollo.

Y la naturaleza de esta "corriente" está en la aritmética a que hecho mención más arriba. Sí hay, pues, leyes objetivas que rigen el desarrollo. Solo que esas leyes no son indefectibles sino que pueden ser contrarrestadas por los caprichos de los hombres, cosa que, de hecho, ha ocurrido innumerables veces y aún sigue ocurriendo.

¿Hay algo peculiar en nuestro tiempo, algo que tenga que ver con lo que he dicho hasta ahora? Sí. Hay una explosión de medios de comunicación. Hay una expansión abrupta de los "canales" que propagan el conocimiento. Hay una Internet global y unos "blogs". Los blogs, dicho sea de paso, son más revolucionarios de lo que la gente imagina: los blogs dan a cada ciudadano de este planeta el potencial para inyectar su contribución al conocimiento de manera directa y neta.

Y no por casualidad hay una "cultura del desarrollo"; no en las élites científicas, sino en la población vulgar. El desarrollo forma parte de la ética de este tiempo y está en boca de los humildes y de los niños. Es universal.

Lo peculiar de nuestro tiempo está en eso, en su "ética del desarrollo". Si la historia humana fuese una copa y el darrollo, agua, nuestro tiempo sería ese momento peculiar en que el desarrollo está a punto de derramarse.

Armando Acosta
12-30-2008 (04:38 am)
No está garantizado que en este siglo se "rompa el record". No digo que no, pero tampoco acepto tu sí.

Aún con todo el ímpetu a que estamos acostumbrados desde que nacimos (en esta generación), nada garantiza que el desarrollo no se estanque o incluso retroceda. Muy bien pudo, por ejemplo, estallar una guerra nuclear en los años sesentas o setentas... a estas horas no estaríamos posteando mensajes en este Foro.

La actual crisis económica —otro ejemplo— pudiera tornarse más seria que una "simple crisis periódica". Pudiera demostrar ser profunda, fundamental y letal para nuestra civilización. Pudiera hacernos retroceder.

O peor: China y Rusia pudieran aliarse en un intento imperialista insospechado y cambiar el curso de la Historia.

Estoy exagerando, por supuesto, mas solo con el propósito de ilustrar que la historia no cumple leyes objetivas (como solemos creer) sino que está sujeta al capricho de los hombres.


Armando Acosta
12-30-2008 (04:25 am)
Suponiendo que es verdad lo que dices (a lo cual ayudaría que pusieras algún ejemplo), estarás de acuerdo en que el hecho será cada vez más asombroso, pues se trata de comparar el presente con un pasado cada vez más largo... o sea, con todo el pasado. A mi ya me causa suficiente asombro que la espada, la vela y el pelo largo de las mujeres desaparecieran como por arte de magia en el siglo XX después de seis mil años de uso obligatorio.

Pero más allá de la cuestión de asombrarse o no, me parece que tu algoritmo ha de trabarse en algún momento; de lo contrario, ha de llegar el día en que la humanidad se sorprenda irreconocible pues no usará absolutamente nada que se haya usado hasta ese momento.

Existe la idea de que el desarrollo es exponencial, que es lo mismo que decir, continuo. No es cierto. La historia no es continua sino llena de saltos y más fortuita que racional.

En fin, que tu tesis descansa sobre un modelo de historia continua que no se corresponde con la práctica.

Armando Acosta
12-29-2008 (12:42 pm)
Es curioso cómo en el siglo XX desaparecen de golpe tecnologías inventadas en los inicios de la civilización y que no dejaron de utilizarse sino hasta entonces. La vela como medio propulsor de los barcos, por ejemplo, o la espada como arma de guerra.

Las mujeres comenzaron a cortarse el pelo. No estoy seguro pero me parece que antes del siglo XX las mujeres nunca llevaron el pelo corto.

De modo que la peculiaridad de "nuestro tiempo" (a partir del siglo XX) no es algo teórico ni especulativo sino palpable y evidente. Cabe teorizar y especular sobre el "porqué", pero el "qué" me parece incuestionable.

Armando Acosta
12-23-2008 (02:33 am)
#1
Alfonso va la guerra de Troya convencido de que Apolo guiará sus flechas en el combate.

Beto va a la guerra de Irak sabiendo que sus misiles serán guiados por satélite.

#2
Alfonso viaja a Jerusalén y se insulta ante la tolerancia hacia el Islán. ¿Cómo se les permite a esos sarracenos reverenciar a Alá en presencia de cristianos?

Los amigos de Beto lo consideran extraño porque no tiene un "resguardo", no practica budismo ni ha visto nunca las ilustraciones del Kama Sutra.

#3
Alfonso aprendió de su padre a construir chozas de adobe, cazar ciervos y fabricar zapatos de cuero. Gracias a estas enseñanzas ha podido desenvolverse y ahora le pasa el conocimiento a su hijo.

Beto aprendió a utilizar computadoras por su cuenta porque su padre no tiene ni idea. Y a su hijo ¿para qué va a enseñarle nada? De aquí a que el muchacho crezca, ya esa tecnología estará obsoleta.

#4
Alfonso se pregunta cómo será el Santo Grial. ¿Será una copa magnífica o acaso un humilde cántaro de barro? ¿Dónde estará? ¿En un monasterio? ¿En una cueva, custodiado por un dragón? Un buen día decide averiguarlo. Hace ensillar su caballo, se monta su armadura, agarra su lanza, su escudo y emprende la más caballeresca de las aventuras: La búsqueda del Santo Grial.

Beto se pregunta cómo es el Santo Grial. Va a Google y con un par de clicks obtiene una larga lista de respuestas, desde títulos de películas a la venta hasta extensas definiciones en Wikipedia. En apenas cinco minutos de lectura, su curiosidad ha quedado saciada.

CONCLUSION

Nuestro tiempo se diferencia de TODOS los anteriores en los siguientes aspectos (además de otros que no he mencionado):

1.- Hegemonía del pensamiento racional.

2.- Globalización de la cultura.

3.- En promedio, las tecnologías tienen un término de vida inferior al de un hombre promedio.

4.- La acción se mueve, más que nada, en el terreno de la información.

[ CONTINUARA... ]

Armando Acosta
12-20-2008 (01:55 am)
En primer lugar, enagenación no es equivalente a abstracción simbólica. Una cosa es tener conciencia de la realidad circundante (modelo mental); otra cosa es enriquecer ese modelo con elementos supra-reales, y otra es desvincularse de la realidad para vivir tan solo en la parte supra-real del modelo. A esto último lo llamo enajenación.

En segundo lugar, la "tele-presencia" de que hablé fue una exageración o extrapolación al infinito ("límite") el cual no incluye (obviamente) el cine ni la literatura. Exageré con el propósito de visualizar la tendencia de esta enagenación en que vivimos hoy. No trataba de describirla "ahora" sino "en el límite".

La frontera entre lo "útil" y lo "infundado" sigue estando borrosa, mas para encontrarla hay primero que creer que existe. Yo creo que existe. Puedo imaginar un mundo donde los humanos nos la pasemos durmiendo, viviendo en un sueño como en Matrix, e instuyo que la frontera que busco ha de estar en algún punto entre ese escenario y el nuestro.

Una vez aceptada su existencia (y emprendida la búsqueda), creo que tiene en algo que ver con la honestidad. Una cosa es sentir necesidades y cubrirlas; otra cosa es crear necesidades para venderlas.

También, creo, tiene que ver con la "masificación": Con el advenimiento de la "era de las comunicaciones", las masas tienen mejores canales para masificarse. Y ahora que las masas son más masa, resulta mucho más fácil infundarles necesidades creadas en laboratorio.

Y aquí hay un punto interesante: La gente de hoy es muy culta comparada con la de épocas anteriores, pero en compensación tiene mejores canales para su masificación. O dicho de otra forma: Nuestros canales de comuncación sirven a dos señores rivales: la cultura individual y los "memes" masificantes. Por lo visto, el señor de los memes está ganando la bronca...

No obstante todo lo anterior, estoy lejos de formarme una idea clara sobre qué es infundado y qué es "real".

Armando Acosta
12-19-2008 (01:30 am)
Pues yo creo que "servir" es algo tan relativo que cuesta trabajo definirlo. Es difícil distinguir entre necesidades reales e infundadas, e incluso entre qué se entiende por "real" y qué , por "infundado". Las medicinas son tal vez la única excepción.

El teléfono, por ejemplo, puede que sea "real". ¿Y el video-teléfono? Bueno, un chat con web cam ayuda a una tener una mejor "tele-vivencia". ¿Y el "tele-olor"? ¿Nos hace falta? ¿Es que ahora no podemos vivir tranquilos porque no tenemos "tele-olor"? Yo estoy seguro de que cuando lo inventen, la gente no podrá vivir sin él, como ahora no pueden vivir sin su teléfono celular... o dicho al revés: el telefono celular "sirve" tanto como servirá mañana el tele-olor.

¿Lo extrapolamos? En el límite, la "tele-vivencia" se convierte en "tele-presencia". No hay diferencia apreciable entre el estar aquí y el estar allá. Lo de "tele" pasa a ser un vulgar tecnisismo. Estoy (y están) en cualquier parte, en todas partes, en varias partes a la vez.

En un escenario así, el contacto con la realidad (la REAL) se pierde completamente. Es más, dado que la virtualidad está hecha a medida y es por tanto más conveniente, la gente la prefiere. ¿Para qué escapar de un sueño tan conveniente? ¿Para qué acercarnos a la vulgar realidad? ¡Qué atrazo! —Si eso no es enagenación, que baje Dios y lo vea.

Pero eso es "en el límite", que es lo mismo que decir: camino de eso vamos. Pero bueno, ese era el tema anterior, que nunca lo terminamos. En este, tenemos tecnologías que se transforman desesperadamente. Y digo solo "transforman", porque ya he perdido la referencia sobre qué es mejor y qué es peor, qué es avance y qué es avance aparente (avance ¿hacia donde?).

Los "updates" no son síntoma de perfeccionamiento sino todo lo contrario: son la prueba de que la versión anterior salió al mercado con fallas. .. "¿325 bugs? No te preocupes, los reparamos en el próximo update... de momento, véndelo asi mismo".

La práctica de los "updates" es contraria al deseo de la estabilidad. Nadie vota por un producto más estable sino por uno "más perfecto". ¿Es eso, técnicamente hablando, progreso? Yo diría que no es ni siquiera técnico sino económico: certeza de que la gente comprará productos "novedosos", no productos "estables".

Lo de "servir", te lo debo... aún no lo tengo claro.

Armando Acosta
12-18-2008 (01:16 am)
Juaqui dijo:
"Lo mejor seria una standarizacion de las tecnologias y una aceleracion de los tiempos de accesso. Con esto no haria falta preguntarse donde corre que, corre donde se le antoje, y dentro de la misma plataforma, ya sea en el cliente como en el server."
---
Creo que del 2000 (aprox) para acá, esa ha sido la meta. Bill Gate decía algo así como "la plataforma es la Internet"... y tal vez el nombre ".NET" venga justamente de esa idea. Y sí, en efecto, han surgido nuevos standards (como XML) y los tiempos de acceso se han acelerado tremendamente.

El problema es que la industria moderna no es muy disciplinada con esto de seguir standards. Cada productor termina modificándolos para satisfascer demandas específicas que el standard mismo no puede cubrir, creandose así unas especies de "standards paralelos", que es lo mismo que decir "anti standards". SQL es un buen ejemplo de ello.

De modo que tenemos dos fuerzas en pugna. Por una parte, la cordura tratando de crear un diseño coherente que se acomode a las necesidades de todo el mundo. Por la otra, una industria en competencia tratando de impresionar al consumidor con productos tan nuevos que se venden antes de haberlos testeado lo suficiente (de ahi la lluvia de "updates"). Y están en pugna porque la pujanza de la innovación termina desbaratando el diseño cuerdo y coherente.

¿Por qué la gente tiene tanta prisa, esa prisa por deslumbrar al consumidor "ya"? Será que el mismo consumidir ha terminado adaptándose al bombardeo incesante de ofertas, hasta el punto de que ya no puede ser feliz, no con las productos, sino el hecho mismo de que se le oferte.

Es una locura. De veras da la impresión de que todo el mundo se ha vuelto loco. El otro día un amigo mío andaba bajando de Internet un "update"... ¡Para su reproductor de DVD! (el de ver películas en el televisor)... en cualquier momento bajaremos un "update" para nuestro horno de micro ondas... ¡De locos!

Armando Acosta
12-17-2008 (12:08 pm)
Quizás tengas razón en que en los 90's los servidores WWW se limitaban a servir ficheros HTML. De cualquier manera, fue alrededor del 2000 (durante el llamado "punto COM boom") que se puso de moda el término "thin client", según recuerdo de revistas que leía por aquella época en que yo trabajaba como programador.

La arquitectura client/server es, por supuesto, es mucho más antigua que eso. De hecho, las computadoras como tales comenzaron de este modo, en los años cincuenta, sin dejar de serlo hasta bien entrado los 70's, es decir, Main Frames que los usuarios accedían a través de "terminales". El concepto de "thin client" supuso un regreso a ese concepto, mucho después que la gente común se había acostumbrado a manejar computadoras personales (PC) corriendo aplicaciones stand-alone ricas en procesamiento local.

"Thin Client" (así llamado) prometía ser una idea de gran alcance, no solo para PCs sino también para dispositivos de bolsillo que ya comenzaban a proliferar (como Palm Pilot). Ya para entonces las aplicaciones web eran ricas en procesamiento centralizado (CGI, ASP). Existían Yahoo y Amazon, por ejemplo...

El concepto era (y sigue siendo), según entiendo, que una "aplicación web" es especializada en el servidor y su salida está orientada a un web browser que se supone genérico. También se supone que este browser corre en muy diversas plataformas, desde PC or Mac hasta PDAs (no solo Palm Pilot) y teléfonos celulares.

Desde esta óptica (y con esta meta), parece deseable que la aplicación concentre su código (especializado) en el servidor, dejando al client lo menos posible (ya que este es genérico). Es una limitación, por supuesto, pero no impuesta por el programador de la aplicación sino por la idea en sí de la arquitectura.

Ante una limitación de ese tipo, hay dos alternativas: Señirse limpiamente a ella o forzarla hastsa sus límites. Lo primero conduce a aplicaciones robustas; lo segundo, a aplicaciones más ricas pero frágiles. En la práctica, los programadores optan por lo segundo.

El resultado es que las aplicaciones de este tipo terminan siendo frágiles y nunca tan ricas como una aplicación stand-alone. Me pregunto cual es la motivación de esta estupidez. Y me respondo que no está en la incapacidad técnica de los programadores (los cuales, por el contrario, son gentes muy capaces) sino en el espíritu de este tiempo es que la preferencia está en maximizar las posibilidades de todo (muy especialmente, la tecnología) sacrificando para ello la fiabilidad de los sistemas.

Armando Acosta
12-17-2008 (01:43 am)
La "World Wide Web" que conocemos hoy (y que apareció a principios de los noventas) se sustenta en una arquitectura "Client/Server" donde el client, se dice, es "thin" (fino, ligero), de modo que el grueso de la acción tiene lugar en el server mientras el client, en principio, solo se ocupa de la presentación de los datos... en principio.

Lo que ha sucedido en la prática de casi dos décadas de desarollo, es que el client (nuestro Web Browser) es cada vez menos "thin". Una aplicación web típica, hoy en día, viene con dos toneladas de javascript que el browser deberá ejecutar, además de presentaciones Flash ejecutadas por un componente client que el browser deberá, antes, instalar (automáticamente) como "plug-in"; y muy probablemente con algún OCXs a ser instalados "on-demand"... etcétera.

Si todo esta nueva tecnología funcioara bien, la llamaría progreso. Pero no sucede así. Para empezar, está el problema de la seguridad. A muchos usarios (y me incluyo) no les gusta que el software se instale en sus máquinas sin previo concentimiento, de modo que este feature de "install on demand" no les (nos) parece muy buena idea.

Para continuar, el código ejectudado en el browser suele ser menos eficiente (se demora más) que el ejecutado en lado server. Esto se debe a varias razones: (1) Los servidores suelen ser máquinas más eficientes que las que uno posee en su casa o su oficina; (2) El browser (ese client que ha ido "engordando" con los años) está llamado a ser un presentador genérico, lo cual conspira contra la posibilidad de ejectutar código arbitrario de manera eficiente.

Y para terminar, está el problema de la compatibilidad. Aún cuando los productores de browsers se "comparten" (o roban o copian, o como se le quiera ver) ideas los unos a los otros, y en consecuencia todo browser moderno ofrece básicamente las mismas bondades, a pesar de ello, se mantienen diferencias que hacen a un código funcionar en unos y en otros, no. Por decir, un OCX no se puede instalar en una máquina que no sea Windows.

¿Podrá la tecnolgía resolver todos estos problemas? Para empezar, no lo veo como un problema de implementación sino como un problema de filosofía de diseño: La idea del "thin client" ha desaparecido.

A mi me parece como en el cuento del Camaroncito Encantado. "Camaroncito duro, sácame del apuro", implora el pescador ante la avaricia desmedida de su esposa. Los programadores Web ocupan el lugar de la esposa, pidiendo cada vez más potencia a un cliente genérico pensado para presentar datos enviados como HTML. Los productores de browsers, cual camarones encantados, han tenido que hacer milagros y apartarse de la idea inicial.

No es un problema tecnológico, es la esquisofrenia de estos tiempos en que la gente parece haber perdido la capacidad de saciarse. No importa que las cosas funcionen mal, o que exista una belleza en su diseño; lo importante es que sean cada vez más potentes.

Por eso nuestros browsers son ahora más "gruesos", más lentos y menos confiables. O como siempre digo: las computadoras, mientras más rápido son, más lento funcionan.

                                                

Miami / USAmail@armandoacosta.comInicio