Descalzo

De tan soleadas y asoladas las lajas de la acera reflejaban luz en la noche; él caminaba descalzo privilegiándose con texturas, humedades y otras más íntimas sensaciones del andar por la piedra perdidas para todos aquellos caminantes de suela por medio.

Evita cada brizna, gravilla, que pueda herir su planta en el aún reciente ejercicio, bajando al asfalto percibe el punzante contraste… alivio la frescura debajo de los árboles… la hierba puede traer sus sorpresas escondidas, se pasa palpando con cuidado... una lagartija azorada no apuró el paso y en la huída lo rozó provocando una nueva experiencia sensorial.

Se acerca a la casa; los perros de todos los dias, los patios, las cercas, los verdes, van preludiando el calzarse; el atravezar el corto camino de la acera a la puerta de la casa, prólogo nunca acariciado por la desnudez de sus pies; el sentirse mirado de arriba a abajo para terminar aprobando la cordura de tener los pies amarrados... de aquél sol de la mañana no queda nada en esta casa, la casa donde todos tienen los zapatos puestos y se sienta un niño a escribir.