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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Cuentos de Error y Mis Tedios

Bautizo

Cuentos de Error y Mis Tedios.




Roberto Wong  (10-25-2002)

Llegó con su alma grande y diáfana iluminando esa hermosisima sonrisa desde detrás de la nuca a la ciudad recienpróspera donde todos derraman sus esperanzas, cartas al buzón, monedas a la alcancía; acarreaba caballete, colores y lienzo.

Reconociendo terreno tropezó con quienes apenas tuvieron tiempo-lugar para la bien-venida: antiguos conocidos y hasta amigos llegados antes; “no importa en tantos años se cambia... cada cual por su lado... yo también cambié...” A pesar de eso regaba timbrazos saludando, felicitando por fechas archivadas desde el colegio, invitando a pasar las mismas del barrio...; mas los jay, que tal, ojalá pudiera, bay, cerraban las conversaciones sin compromisos.

Todos acá habian perdido el tiempo pues nadie lo tenía y al recienllegado le comenzó a escasear cuando debió esperar un bus-saluda-ponchaentra-elevador-pisos-lonch-elevador-pisos-pon-chasale-bye-bus-llega para enfrentarse a su caballete a bordar alma y sonrisa; en la época de necesito esto o aquello le recortó bordes al lienzo para doblar la jornada y que aquello o esto no le faltara; los intentos de paliar nostalgias casi cesaron y, como el de sus amigos, un contestador automático congelaba las frescas sonrisas de los llegados después; la suya, ocultando sabiamente a la pequeña alma, era para aquellos a quienes atendía los fines de semana en el empleo que ocupó el tiempo de robarle colores al atardecer; aburrida, la tela lloraba polvo en un closet.

[...]

Esos escasos dias decretados libres para todos permitió no temerle al despertador, a las pocas horas de sueño, a los dias y a los años y a la vida sin sueños...; pasó la ma-drugada al timón, al mar, tan cercano pero impalpado hacía...; desde el retrovisor unos ojos cansados, cansados de la jornada, de las jornadas propias e impropias... cansan-cio generacional, cansancio de ser...

Resbalando en el agua atrapó la duda de si sobraba él o faltaba ella; confió sus cansancios al líquido que le mimó desasosiegos, planes, abulias, necesidades, necedades...ese flotar... ese vaivén... esa alma que crece mientras imagina un lienzo aclarando, un pincel rojo emerge al este... Alguien no regresó a su trabajo de lunes a viernes por la mañana ni al de tarde-noche ...alguien no sirvió más su sonrisa entre mesas de comensales ajenos ni dejó más mensajes en contestadores de ausentes. Un alma amaneció y se ocultó un dia decretado libre para todos.


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