Inicio
He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

InicioMapa del sitioDescargasColaboradoresEnlacesAutor    
Buscar :

Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Delgado Alfonso, realismo contemporaneo popular

Roberto Wong nos habla de la obra de Delgado Alfonso, presentándonos su tesis de que el supuesto "exotismo" que algunos atribuyen a la obra de este jóven artista cubano, está más cerca de su tierra que del más allá.




Roberto Wong  (11-27-2002)

Para presentar a un artista cubano, pintor de su entorno, de la última generación de pintores de la isla en este siglo, no basta encasillarlo en el merecido afrocubanismo que reflejan sus lienzos de sobrios colores animados por lo grotesco de una particular figuración; Delgado Alfonso es el resultado de un legado, de una historia particular de su nación y antes de esto es un resultado de todo lo que nos sucede en este final de milenio ¿Cuan universal o local es esta pintura de elementos religiosos afrocubanos?¿Cuan exótica es a quien se enfrenta por primera vez a un oricha o alguno de sus caminos?¿Cuando y quienes calificaron de exótico lo que estaba fuera de lo “entendible” por su cultura?

Lo exótico, lo extraño, es posible cuando hay una identidad que valora y reune lo ”del lado de acá” para entonces considerar diferente lo venido "de afuera”; hay que saber entonces primero donde estamos, de donde venimos, cuales son nuestras cosas -nuestro patrimonio- para asombrarnos, digamos, con más “derecho”… viendo esto se me ocurre preguntar si siendo nuestra cultura occidental, al occidente de quién estamos… ¿del oriente?¿ellos se saben orientales o es una denominación occidental? ¿Cuan lejano esta el lejano oriente para el medio oriente o viceversa?

Trayendo todo esto podemos ver que antes del llamado Renacimiento europeo las diferenrtes regiones del mundo se tocaban escasamente, la movilidad de masas humanas antes de este proceso histórico en la gran peninsula continental y la masa asiática, mezcló diferentes culturas pero no hubo marcha atrás, se iba sedimentando, unos sobre otros los conquistadores y conquistados; como resultado en una misma fecha lo cristiano del siglo XV del nacimiento del Mesias era definidamente diferente a lo musulmán del siglo IX de la Hégira de Mahoma; el sur del Sahara era tan desconocido como América. Cinco siglos más tarde el mundo hoy puede estar tendiendo a lo llamado occidental por haber sido los europeos los que dieron los pasos más consistentes en el proceso de confrontación de todas las culturas; a esto sumamos hoy la diversificación y sofisticación de la información de las últimas décadas que sitúa al hombre ante un complejo mundo, paradójicamente ultraespecializado.

No obstante todo esto hay quien sigue globalizando el espíritu de la época, quien escoge un medio o varios dentro de su especialidad para sumarse al sino de su cofradía manteniendo una tradición no demasiado diferente a la de sus antecesores: es el artista, quizás hoy más confundido pues no sólo puede echar mano a su entorno sino a todo lo recibido cada minuto por una pantalla u otros medios; el no-artista sólo consume información, el artista la procesa y la revierte y en esta baraúnda informacional es cada vez más dificil definir un estilo regional y también descubrir a ese retratista de su ambiente, de su “pedazo de vida”.

El artista postmoderno en muchos casos opta por verterse a su mundo interior, intimista al fin habla de sus emociones tan humanas y comunes que lo hacen universal y sin renunciar a todas estas cosas hay quienes, volvamos a Delgado Alfonso, pintor cubano, defienden su rincón y lo hacen trascender, nos dicen que esta imagen, este color, existe, es suyo -y para los que compartimos su origen, nuestro- en el sentido más total del término.

Delgado Alfonso es también, en este camino, el caso del artista hispanoamericano que le ha tocado sacudirse el encasillamiento de exótico que arrastra el eurocentrista, ese “realismo mágico” es la realidad de América y América es parte natural de este mundo; quien pinta o escribe sobre los espiritus visibles con quienes convive y le guian, que vinieron de Africa o de los Andes es realista y no surrealista; en Cuba el Iyabó o el palero, el santero, son nuestros vecinos y se habla de nuestros guias espirituales del “más allá” -que puede estar bien acá- sin cuestionamiento alguno; más de un artista ha reflejado esto a nivel místico o filosófico, se puede decir que hay un arte representativo religioso que responde a estas culturas que inicialmente armaron sus objetos rituales sin sentido estético alguno. Por otra parte está la presencia a nivel de imagen de los atributos religiosos en el ambiente cubano -calle, casas- de manera que al margen de su connotación religiosa se puede tomar estos como elementos que reflejan una cultura, estos elementos no son sólo religiosos o folklóricos, como lo han querido ver los estudiosos, sino populares. En fin en Cuba lo afro es ineludible y en especifico en la pintura uno de sus artistas más representativos no de este tema sino del arte cubano en general, fusionó este espiritu con las corrientes de su tiempo-lugar; es Wifredo Lam el surrealista, el afrocubano; prefiero llamarlo realista, afroamericano.

Décadas después de estar los pintores cubanos presentes en el ámbito artístico mundial con un realismo socialista desprendido de su proceso político social primero; de una asimilación del conceptualismo y otras corrientes de Estados Unidos después de los ochenta con la visita de Rousenberg a la isla, la creación del grupo Volumen I y 4X4 con sus nuevas propuestas y con un desarrollo en todos los aspectos del arte reflejado en la organización de bienales, la fundación de un Instituto Superior de Artes y la presencia de cada vez más cubanos en todo tipo de evento artistico en otros paises, a donde muchos resolvieron su modus vivendi y no regresaron; La Habana sigue sorprendiendo con nuevas generaciones cerrando el siglo, y en esta última generación se inserta Delgado Alfonso pintor del cotidiano mundo de los espiritus, quien nos dice de lo que ve y palpa no a manera de estudio conceptual o intelectualización, sino de realidad vívida guiado por leyendas y ritos de los ancestros que las cuentan en boca de otros cuerpos aún vivos; sus colores evocan los matices de los lugares de culto, elementos óseos dan solidez a presencias transparentes que de otra manera perderian fuerza y asi nos son revelados estos personajes con todo el realismo de una estética contemporánea para un tema popular.



-Foto Reportaje

La obra de Delgado Alfonso puede ser adquirida a través de www.robertowong.com/store


  • Articulos similares


  • Imprimir   Enviar a un amigo   
                                                    

    Miami / USAmail@armandoacosta.comInicio