Reflexión sobre la relación dialéctica entre individuo y grupo

Transcrito directamente de la película cubana de Tomás Gutierrez Alea: "Memorias del Subdesarrollo" - (Escena del juicio a los invasores de Playa Girón).

Cada uno de ellos ejercía una acción específica, sin embargo era el grupo, la totalidad, quien proporcionaba el sentido a las actitudes individuales.

Individualmente, Calbiño era un criminal que hasta a los mismos burgueses causaba horror y desprecio. En toda sociedad capitalista existe este mismo tipo de hombre encargado de tal singular faena. Pero en la division del trabajo moral, el acesino permite por otra parte la existencia de aquellos que no están en contacto directo con la muerte y pueden sentir, como individuos separados, sus almas limpias.

"Yo hablo por mi, y por los individuos que hablan por mi, quizás seamos los menos. Yo no hablo por Ventura ni por los choferes de Ventura ni una serie de gente miserable que ustedes me han nombrado. Yo no conocía ni a Calbiño; a mí lo que me interesaba era sencillamente vivir mi vida".

Todos aparecen como elementos dislocados de un total que nadie asume completamente.

Cada uno se remite a su propia individualidad cuando quiere alejarse de toda la miseria ajena que lo contamina, o se sumerge en el grupo cuando tiene que ocultar su propia responsabilidad, y contamina entoces sin empacho a los otros. Asi puede verse cómo la responsabilidad rechazada por la totalidad es devuelta y reivindicada por un miembro del grupo mismo.

Pero en ningún caso de los considerados hubo una reivindicación de la verdadera relación dialéctica entre individuo y grupo. Los demás individuos que llegaron con Calviño en la invasión, no se reconocen ni en la acción que los implica ni en sus actos.