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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Así que no tienes tiempo ni para hablar por teléfono...

Una de mis primeras experiencias como inmigrante fue el descubrimiento de esa relativa incomunicación en que nos sumergimos nosotros los hispanos, apenas ponemos un pie en los Estados Unidos. Aquellos amigos que estando en Cuba visitaba casi a diario, ahora me pasaba semanas y hasta meses sin que ni siquiera pudiera contactarlos por teléfono... la pregunta es ¿Por qué?




Armando Acosta  (03-12-2003)

Una de mis primeras experiencias como inmigrante fue el descubrimiento de esa relativa incomunicación en que nos sumergimos nosotros los hispanos, apenas ponemos un pie en los Estados Unidos. Aquellos amigos que estando en Cuba visitaba casi a diario, ahora me paso semanas y hasta meses sin que logre siquiera contactarlos por teléfono... ¿Por qué?

Yo puedo comprender que el estilo de vida en este pais es diferente al nuestro, que se trabaja más, sobre todo cuando uno llega con una mano atras y la otra delante, y tiene que trabajar más que aquellos que nacieron aquí.... ¡El tiempo no alcanza!

También sé que la gente tiene otras opciones, muchas opciones para gastar su tiempo libre: el cine, la playa, un viaje, una televisión con 150 canales más películas para rentar, el Nintendo, la computadora, la Internet... hay tantas cosas que uno puede preferir a una buena charla con ese viejo amigo...

Y también está el sentido de la privacidad, muy diferente a esa camaradería natural y cálida que caracteriza al cubano. La privacidad de mi hogar, de mi tiempo libre, la seguridad que presupone ese muro de hielo que solemos levantar entre nuestras vidas y todas aquellas vidas que hasta ayer eran parte de la nuestra.

Será que al final logramos lo que se supone todo inmigrante debería hacer: integrarnos al espíritu de la nación, asimilar sus valores, sus costumbres y tradiciones, su esencia.

Todo eso lo puedo entender. Lo que no puedo creer, y mucho menos aceptar como escusa, es el consabido "No tengo tiempo ni para hacer una llamada por teléfono" - Mira, brother, si ya no te interesa mi amistad, si prefieres tu nuevo estilo de vida "desarrollado", tu computadora, tu nintendo o tu piscina... no me llames y ya... pero no me vengas con esa guayaba de que "no tienes tiempo"... ¡Allá los que se dejan absorver por el sistema! - Yo sigo siendo el mismo.


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