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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


La ley discreta

Un cuento donde se juega con el absurdo para reflexionar sobre la utilidad de la publicidad comercial.




Joaquin Diaz Cañedo  (03-28-2003)

Aquel dia, al despertar, decidi asistir a la corte por violacion de Ley Discreta a la que se me habia citado 2 años atras. Y la razon por la que lo hice es por temor a que no se me acusara nunca mas de nada.

Podria no llamar a mi trabajo para avisar que llegaria tarde, pero nunca me ha gustado darle malos ejemplos a los jefes. Asi que llame a Rosendo, el presidente, y le explique. Respondio, como siempre en un tono sumiso, que no me preocupara. Este Rosendo siempre me ha parecido bastante chicharron.

Sali en mi auto camino a la corte, pensando en la causa que se me imputaba. Hace como 5 años decidi mudarme al apartamento de la hermosa Magdalena. No fue facil, llenar todos los papeles burocraticos, firmar mas de 10 documentos dejando constancia bajo juramento que ella no me estaba obligando ni presionando a nada. Al final, resolvi mudarme, y deje cerrado mi propio apartamento. Como Magdalena, al principio, se intereso por no dejarme tiempo libre, descuide el apartamento cerrado, y un inspector que paso por alli, establecio una denuncia, aduciendo que por el estado del inmueble, podria deducirse que estaba desocupado, y asi estimular a posibles transeuntes a que lo rentaran, violando la Ley de eliminacion de Publicidad, valida ya desde hace mas de 20 años, y popularmente conocida como "La ley Discreta". En realidad tenia razon en su denuncia, pero no fue esa mi intencion.

Pero, oh, mal de males, tan preocupado estaba yo con Magdalena (ya no por su pasion, sino por todo lo contrario, por su indiferencia) que habia olvidado echar gasolina al carro. Solo podria andar unos 5 minutos mas. Menuda tarea la de echar gasolina, despues de la ley discreta. Ni un solo establecimiento se anunciaba. Todo el dispendio se hacia a puertas cerradas. Por suerte, uno de los pocos "Estanquillos de informacion imparcial al consumidor" estaba cerca, y pude llegar y parquear alli. Una hermosa secretaria me atendio.

-Por favor, me he quedado sin gasolina, y necesito saber un establecimiento donde pueda conseguirla.

-Esta usted seguro de que quiere gasolina?

-Si

-Que marca?

-Cualquiera

-Disculpe señor, pero no podemos recomendarle ninguna marca.

Valgame Dios!!! Como rayos iba a saber un nombre de marca si no se anuncian en ningun sitio!! Trate de hacer un esfuerzo mental y recordar algun comercial de mi infancia, y Bingo!!

-EXXON!!!- Le dije

-Lo sentimos, pero ya EXXON no se vende hace mas de 5 años.

Quede Perplejo, y ella lo noto. DE pronto, se hizo el milagro!!!. Me guiño un ojo y me dijo en voz baja:

-Le recomiendo Texaco.

-Gracias!!! Como te llamas??

-Lora- me dijo sonrosada- es al doblar, en el numero 19.

-Gracias!!! Nos veremos otra vez.

Ay, Magdalena, poco nos queda!!. Tu desconfianza, y el hecho de dejarme siempre libre, por temor a una demanda, han acabado con nuestra pasion. Ahora en mi mente, estara Lora, esta hermosa mujer que deposito su confianza en mi, un extraño.

Toque en el numero 19.

-Que desea?

-Gasolina

-Seguro???

-Claro que seguro!!!. Texaco!!! la mejor gasolina del mercado!!!

El hombre me miro dura y desconfiadamente.

-Eso lo asegura usted, no nosotros.-dijo seriamente-Que precio esta dispuesto a pagar?

Sabia que era una pregunta esencial, si yo decia un precio menor, me contestarian que fuera a otro lugar de gasolina mas barata. Si por el contrario, decia un precio mayor me enviarian a una gasolinera de mas calidad y mayor precio. La ley discreta prohibia terminantemente al vendedor decir el precio. El consumidor debia estimarlo con menos de un 10% de error.

Ni idea de que precio tendria esta gasolina!!.

Pero se hizo el segundo milagro del dia!!!. Aquel cirscunspecto señor de pronto se torno amable y me dijo:

-Son 120 dolares el galon, hermano.

-Gracias!!!!

Pude llegar a tiempo a la corte. En mi exposicion pedi una multa para mi de 20,000 dolares por la infraccion. El juez estuvo en desacuerdo y me la bajo a 5,000. Yo acepte para no parecer vanidoso. Y en 2 horas ya estaba de vuelta al trabajo.

Que dia mas feliz he pasado!!! Aun no esta todo perdido!!-Pense.

Y aunque al llegar vi a Rosendo que no estaba vigilando el personal, y que al verse sorprendido por mi se puso a dar ordenes nerviosas a todo el colectivo de trabajo, decidi hacerme el de la vista gorda y no decir nada en la proxima asamblea proletaria.


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