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He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Sorprendido Roberto con una fiesta el dia de su cumpleaños

Aunque Roberto odia los "surprise parties", esta vez tuvo su merecido perpetrado nada menos que por su madre, su hermano y su novia… ¡Quién lo manda a cumplir 42 años!




Armando Acosta  (07-17-2003)

Roberto cumplía 42 años y con tal motivo le invitamos a pasarse el día con nosotros, un almuerzo tarde a eso de las 4:00 PM, quien sabe si un cakesito, nada demaciado estruendoso. Pero detrás de bambalinas se preparaba el gran show con la dirección general de su mamá y la participación de su novia Ruby en calidad de asistente de dirección… mi papel era más bien como tramoya.

Cuando llegaron Roberto y Ruby a eso de las 4:00 PM, los pastelitos estaban escondidos en una caja debajo de mi buró, los invitados citados para las 8:00 PM, el asunto del parqueo coordinado con Matilde, Rubby con la misión de sacar a Roberto de la casa por espacio de media hora para dar tiempo a que llegaran los invitados, supuestamente de golpe, antes de su regreso.

Sacar a Roberto de la casa no fue tarea fácil. El estaba muy entretenido haciendo cheques de pagos y otras actividades hogareñas; eran las 7:30 PM y los conspiradores comenzábamos a impacientarnos. Por fin Ruby logró convencerlo para hacer un mercado; hasta ahi todo estaba bien; con lo que no contamos sin embaro fue con la impuntualidad de los invitados.

Cuando Roberto y Ruby regresaron, no habia nadie todavia; el factor sorpresa habia quedado comprometido. Entonces fueron apareciendo poco a poco: Juaqui con Lily y los niños, Tejuca con la niña y unos amigos nuevos… Roberto veía que la casa se llenaba de gente, cosa no demaciado extraña en esta casa, pero en realidad eso no fue lo que habiamos planificado.


Asi que no hubo nigún golpe de efecto, pero el fiestón se formó de todas maneras. Esta vez no pusimos la música en el patio, sino dentro, y más bien con el ánimo de escucharla que de bailarla, aunque no faltó quien tirara su pasillo, yo entre ellos, cosa esta raríiiiiiisima, dicho sea de paso.

La verdadera sorpresa fue una bañada de champaña que le propició Rubby a Roberto. Esa tradición no la conocíamos, así que fue una verdadera sorpresa. Me imagino que es una tradición colombiana, ya que Rubby es de ese pais.


Los padres de familia trajeron ayuda esta vez. Juaqui y Lily trajeron a una niña ya mayorcita, que hizo una excelente labor ayudando a torear a Carmen Viviana y a Manuel Alejandro, sobre todo este último que comenzó a caminar no hace ni dos semanas. Tejuca trajo a una amiguita de Amanda que tuvo a esta entretenida todo el tiempo. Pero era dia de entresemana y los padres de familia con sus respectivas crias se tuvieron que marchar temprano. Los que quedaron fueron los barcos faranduleros amigos de Roberto y Ruby. Entonces nos entragamos a la descarga.

Esta vez no estaba Roberto Poveda, asi que tuve que hacerme cargo de la guitarra, aunque no fue por demaciado tiempo, pues Javier, el hermano de Yisell, es trovador, rockero y cantautor, una vez que se hizo del instrumento, no hubo necesidad de relevarlo.


Yo me hice cargo entonces del piano… ¡En mala hora! - No tenía ni idea de que una de las jóvenes asistentes era nada más y nada menos que la ex-tecladista de Pedro Luis Ferrer. Aunque retirada de la música por razones que no explicó, Cinthia no pudo resistir la tentación de sentarse al piano e interpretar cosas bellísimas… a mí se me caía la cara de verguenza, pero más que eso, estaba embelezado su música.

Sin darme yo cuenta y una vez agotados todos los recursos comestibles y bebestibles, los invitados se fueron retirando poco a poco. Al final quedaron solo tres: Yisell, su hermano el trovador, y su amigo Sergio, responsable por el toque filosófico de la velada.

Eran las cuatro y media de la madrugada cuando se marcharon ellos también. Para cuando me fuí a dormir, el reloj marcaba las 6:30 AM y el patio estaba completamente iluminado por los primeros rayos del dia.

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