Cuando la vida nos consume

¿Qué tiene de malo sentarme a leer este libro de Manuel García Morente, Lecciones Preliminares de Filosofía? ¿Por qué fregar la loza del almuerzo, pintar el estante de la cocina o chapear el patio no pueden esperar hasta que yo esté en ánimo de hacerlo? - No el valde soy tan inculto, tengo muchos libros, todos empezados, todos esperando su turno tras la larga cola de obligaciones mundanas. En "My Documents", mi librero electrónico, también hay ficheros por terminar, proyectos de cuentos, reflexiones, notas de investigaciones personales, proyectos técnicos también, todos esperando

¿Por qué no puedo ser yo quien establezca mis prioridades... sin sentirme culpable?

Mis amigos también se consumen en el "mundo"... hace muchos años, muchos, que no puedo tener una converzación continuada con ninguno de ellos... siempre hay un teléfono cellular, o un "tengo que recoger a mi mujer", o "tengo que entrar a trabajar", o un "espera que ahora me está entrando una llamada" ("... más importante que la tuya", Agrego yo para mis adentros).

Me pregunto quién escribe todos esos libros y en qué tiempo lo hace, y cómo se pudo leer otros muchos libros donde aprendió todo lo que sabe. Me pregunto si terminaré adaptándome a vivir a medias, por pedazos, tomando tan solo ese mínimo de libertad que la vida me da como limosna para hacer, muy apurado, lo que de veras me gusta hacer.

Y creo que sí se puede. Cuando entro al baño, ya sea para bañarme o para cagar, puedo ser yo mismo; lo malo es que en el baño no hay computadora para escribir y si me llevo el libro equivocado, no puedo salir a buscar el correcto sin antes limpiarme el culo. Pero eso puede solucionarse, puedo montar mi oficina en el baño. Claro, necesito primero ampliarlo... colocar mi computadora y mi librero en el baño sería una buena forma de cagarme en la vida inoportuna allí donde ella no se atreve a imponerme sus prioridades.

Lo único malo es que la ampliación del baño cuesta dinero, y francamente no lo tengo... entonces habré de trabajar extra para ganarlo, lo cual pasa a ser una prioridad en sí.

La vida siempre termina consumiéndome... cuánto quisiera poder consumirla yo a ella.