No muy lejos en la historia está el recuerdo de cabezas cortadas y exhibidas al público como pruebas irrefutables de victoria. Las siguientes notas pudieron ocupar las primeras planas de los periódicos romanos, solo que la prensa escrita no se habia inventado todavia:
Egipto:: Entrega Ptolomeo a Julio Cesar la cabeza de Pompeyo, sellándose de esta forma la alianza entre ambos mandatarios:: Roma :: Los rebeldes fueron crucificados a todo lo lo largo de la via Apia, camino a Roma, nadie tiene dudas a estas alturas de que la rebelión de Espartaco ha sido satisfactoriamente sofocada.
Aparentemente esos tiempos de barbarie no han muerto, ahora el pais más desarrollado del mundo, cabeza de nuestra civilización y faro de nuestros ideales democráticos, exhibe los cadaveres de los vencidos como prueba irrefutable de su victoria. Tal vez han tenido que recurrir a este procedimiento bárbaro porque la tal victoria es incierta, ni siquiera el propósito mismo de la guerra que provocaron está del todo claro: las cacareadas armas de destrucción masiva nunca aparecieron, y los iraquies los siguen combabiendo, no los ven como libertadores, sino como detestables invasores extranjeros.
La noticia completa puede leerse en esta dirección: http://www.cnnenespanol.com/2003/mundo/07/25/iraq.fotos.hijos/index.html.