La carretilla de Yisell

Trata de aceptar a todos con sus defectos y aprende de ellos para no terminar igual.

Solo enseña al que quiera aprender

Cultiva y respeta a las amistades que son agradecidas de tu amistad y no solo de las cosas que les puedas ofrecer.

No esperes demasiado de nadie porque ninguna persona tiene porque aguantar la presión de tu juicio sobre sus espaldas. Sobretodo sino si pueden dar mas o no saben dar más.

Comparte con los mismos que comparten tanto alegrías como tristezas contigo.

Trata de hacer a todos felices con lo que te hace feliz a ti.

Nunca deseches nuevas amistades pero si olvida a los que no te valoran como amigo.

Da siempre segundas oportunidades pero trata de no dejar margen de errores para próximas disculpas.

Perdona cien mil veces, no olvides ninguna.

Dalo todo con sinceridad y toma el riesgo; porque más pierde el que no sabe apreciar el amor y la sinceridad que el que tiene para darla y espacio para recibirla.

Ten paciencia para recibir y sé agradecido después de haber recibido.

Mirar atrás solo para aprender y recordar buenos momentos, nunca para quejarse o arrepentirse.

Pide disculpas sin ser culpable, a veces los culpables no saben lo que hacen. A veces no nos sabemos culpables.

Haz planes pero sin expectativas, solo planifica un próximo paso después de cada acción realizada.

Felicítate por tus logros y reprímete por tus dudas.

Nunca te autocrítiques muy fuerte que después tengas miedo continuar, solo recuerda tus errores y aprende de ellos.

Da todo lo posible en un día por una acción planificada.

Termina hasta donde tenga sentido todo lo que comiences.

Nunca fuerces la inspiración.

Invita siempre a la inspiración con halagos, nunca trabajes sin ella.

Quiérete por encima de todos, para después querer a todos como a ti mismo.

Agradece a Dios por cada batalla ganada y confía en él para las venideras.

No te des por vencido pero si da tregua. A veces hay que dejar descansar a los angeles para que las batallas se libren fácilmente.

Persigue los sueños pero nunca los agotes.

Convive con los cambios y hazlos favorables.

Mirar a cada idea o cosa, mínimo desde tres puntos de vista diferentes.

Experimenta casi todo aunque sea una vez.

Nunca tires tus palabras al mar, siémbralas en la tierra para que florezcan no para que se hundan.

No mientas pero escoge muy bien los oídos que escuchan tus verdades, las horas en que las cuentas y los motivos por los que las publicas.

No odies a nadie porque el odio es como el amor, que vive en ti.

Escucha y aprende de lo que todos dicen, aplica solo lo que te incumbe.

No adores a nadie porque nadie puede soportar la presión de tu juicio cuando se convierta imperfecto frente a tus ojos.

Sé cuando comenzar y terminar. Solo aquellos que nunca empiezan o terminan, fracasan.

Se feliz con lo que se te da hoy y no con lo que mendigas soñando para mañana.

Escucha tu voz interna y hazle caso. La intuición es la voz de nuestros angeles de la guarda.

Se persistente y constante, no dejes cosas incompletas para que otros las terminen por ti.

Disfruta de las cosas simples como las más complicadas. Y simplifica las complicaciones para poderlas disfrutar mejor.

Crece con cada error y vuelve a la niñez con cada triunfo.

Date la libertad de pensar y soñar cada vez que te den ganas. No te pongas excusas y pretextos por lógica.

Nada es imposible hasta que lo imposible se haya intentado también.

El triunfo no es el final de una meta sino el recorrido glorioso de haber luchado por llegar.

Intenta mil veces hasta que no hayas mas razones para intentarlo. Pero no te inventes razones para intentarlo.

Aprende a conocer a los que no te conocen.