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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


El Doctor Fonseca

Es solo un cuento, pero su protagonista con todo nombre, apellido y profesión, está extraido de la realidad, una muy cercana al autor. El Dr. Orestes Fonceca es solo uno de miles para quienes este cuento pudiera constituir un capítulo de sus biografías.




Roberto Wong  (11-25-2003)

El doctor Fonseca fue uno de los mejores de su graduación, entregado a su profesión desde el principio, tal abnegación lo llevó a viajar, algo tan difícil en Cuba, lejos de su rinconcito caribeño. Nada de esto podría adelantarse cuando alternábamos con él en el patio de la primaria del barrio y le dic aquél ataque de tortícolis que lo dejó fuera de clase unos tres días pero lo hizo reflexionar sobre su futuro, algo inusual para esa edad pero, atizonado por tal padecimiento, maduró la idea de hacerse doctor. En la secundaria lo perdí de vista a pesar de vivir en el mismo barrio mas recuerdo su ahora idealizado "rinconcito caribeño": había de subirse una empinada escalera de mármol empercudido flanqueada a ambos lados de telarañas muy diferentes; a la izquierda, a la altura de la cabeza una enmarañada y grasienta cablearía conducía la energía eléctrica desde los relojes que la metraban hasta los cuartuchos allá arriba, del lado derecho, de la cintura hacia abajo un tejido de hierro oculto para miradas de todos los días recordaba el talento de los herreros de principios de siglo.

El cuarto del capitán Orestes Fonseca, había sido ampliado con una barbacoa donde dormían sus hijos, el mayor estudiante de medicina y el pequeño enrolado en la marina mercante oficio nada afín con el del padre pues Fonseca no era capitán de barco sino del cabaret Tropicana... por estos tiempos esto era casi tan ventajoso como ser capitán de la marina, pues estar al mando de un centro nocturno de esta categoría brinda muchas relaciones y siempre "se pega" algo en la diaria lucha por proveer a la familia. Al final Arielito se arrepintió de la carrera marítima pero Orestico siguió sus estudios de medicina exitosamente y se especializó en ortopedia con tan destacada trayectoria que se evitó el servicio social en provincias para formar parte del "tin" del Calixto- del equipo o "team" del hospital Calixto García, muy prestigioso en esa especialidad.-

El doctor Orestes Fonceca era orgullo del barrio, con su bata blanca subía la cuesta de la calle San Lazaro y luego bordaba la universidad por Ronda a pie pues la ruta 67 se hacia bastante esporádica y un médico no debe hacerse esperar; esto hasta ser premiado con una bicicleta; meses después entre los baches y las calles oscuras por los apagones desistió de este privilegio y siguió perdiendo libras entre el camino y la precaria alimentación. No obstante todos veíamos en Orestes el sucesor de Alvarez Cambras, aquél cirujano brillante que salvó la carrera a Juantorena- la deportiva, no específicamente la de 400 y 800 metros donde impusiera records mundiales- y practicaba cirugía a estadistas y otras personalidades que se sometían a sus novedosos tratamientos en nuestro país

Papá Fonceca estaba por retirarse y Arielito había enganchado una pincha en el puerto cuando se hizo el llamado para los médicos a aquel país centroafricano, Orestes sopesó las alternativas, su plan inmediato hasta ese DIA era casarse con Diana y si no lo había hecho era por falta de espacio pues Arielito lo había desplazado de la barbacoa al traer a su novia a casa y no podía traer a su esposa para dormir en un catre entre el retumbante refrigerador y la mesa de comedor. le habían derogado varias veces su derecho de irse a la microbrigada a luchar el apartamentico pero esta vez no podrían vetarle el convertirse en internacionalista, al regreso, con ese irrefutable mérito seguro tendría mas posibilidades para ganarse el apartamento o una casa abandonada por alguien que se hubiera ido del país. Por otra parte como microbrigadista podría haber acabado sus sensibles manos de médico, como internacionalista ejercería su profesión aunque fuera con los pocos recursos si lo asignaban a alguna locación difícil, después de todo era un reto también para su alma joven, mucho había oído de los combatientes de Angola y Etiopía, el padre no quería hablar de nada de esto pero al menos se iría a un país en paz como medico no a ninguna guerra extraña. "¿Quien me garantiza que no te manden a curar soldados a la guerra?" le decía su padre "Tu siempre piensas mal de este gobierno...", era la salida no muy convincente del hijo.

No obstante la buena reputación salió adelante y el Dr. Fonseca fue colocado en la capital de ese país tercermundista, allí conocería a gente realmente refinada como su ignorancia sobre estas cosas no pensó encontraría en un país de esa región.... constató, tal y como había oído, las diferencias entre una gran masa de indigentes que veía y atendía a diario y otros que Vivian con todos los privilegios con quienes alternó pues doctor al fin conoció a médicos del país, graduados en su mayoría en Europa, quienes prestaban servicio en hospitales públicos por leyes de es país pero también tenían su consultorio privado adonde Orestes fue invitado así como a sus casas bien equipadas. ¿Como es posible tener televisor a colores, VCR, aire acondicionado y carro, todo, sin trabajar con el gobierno? esta gente está en algo raro...

Las relaciones con Diana se hacían difíciles a la distancia, tal parecía que ella hubiera cambiado de parecer, no había manera de ir a verla hasta pasado un año al menos de los tres comprometidos para esta misión, era problema de tiempo y de dinero, el estipendio era para comer, vivía en una casa de visita y cualquier viaje era tramitado y sufragado por el gobierno que prestaba el servicio a través de él.

Sentado en la cafetería del aeropuerto gastaba las ultimas monedas en un café, el vuelo se había retrasado. habían pasado tantas cosas en aquel año.... el que espera lo mucho espera lo poco, que se retrase el avión lo que le de la gana, como si sale mañana.... total... ya Diana no lo recibiría, quizás sólo para devolverle el anillo de compromiso, el hermano estaba preso por contrabando y tenencia de dólar, mamá y papá cada vez mas viejos, han encanecido demasiado este año, se decía acariciando la última foto recibida... No se si valga la pena alejarme de casa dos años mas sin mucha esperanza de mejorar, la cosa en Cuba está cada vez peor....

El vuelo se anunció cancelado pero también se dijo que los pasajes se podrían cambiar para otro con escala en Canadá que tendría algunos asientos disponibles, se analizarían las prioridades... Canadá... resonó en los oído de Orestes... se dirigió al despacho de la aerolínea mirando de reojo siempre sintiéndose vigilado... el regreso después de un año sirviendo aquí debe ser una prioridad.... la señorita del mostrador le dice que ese pasaje no se puede cambiar porque es pago por la embajada cubana... el retira sin protestar los documentos... cuando un rostro se destaca entre los demás oscuras caras de los funcionarios ¿Dr. Fonseca?... "Si ¿que tal Abatao?" Aquí Dr., muchísimo mejor de la cintura... tiene algo aquí? "Si, este pasaje... " dice casi en un susurro confidencial... el jefe de turno entra a la oficina... se ve desde afuera que habla por teléfono y luego recoge un fax ... se lo trae... "sólo firme aquí, es de su embajada, un compromiso de que no se quedará en Canadá... ... Orestes firma mecánicamente, tan acostumbrado a firmar papeles sin siquiera mirarlos.

El avión se eleva.


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