A los jóvenes

Aunque ustedes no lo crean (y estoy convencido de que no lo creen), llega el momento en que uno deja de ser joven. Los cuarentas parecen lejanos, pero un día llegan, es ese momento crítico en que uno apenas comienza a darse cuenta, en que todo lo que no se hizo antes, comienza a pesar.

Mi consejo para los jóvenes es que sean jóvenes, que se beban la vida con toda la intensidad posible, que cuestionen las reglas, que violen algunas si les es dado, incluyendo las del tránsito, que amen el reto, que eviten el aburrimiento, que busquen la acción, que huyan de la quietud y del conservadurismo.

También que consuman mucha información, toda la posible, desde la más sublime hasta la más banal; que se hagan sabios en algo (no en todo) lo más rápido y seriamente posible. No aplacen los estudios para cuando "tengan tiempo", el tiempo es ahora, el dinero no es importante, lo importante es llenarse de sabiduría y de vivencias, mientras uno es joven.

Beber no es malo, lo malo es emborracharse todos los días y no poder ver la vida tal cual es: viva. Saltar de pareja en pareja no es malo, es búsqueda; lo malo es quedarse solo o aferrarse al primero o primera que llegó por miedo a seguir buscando. Las decepciones amorosas son incómodas, pero no son malas, lo malo es no sentir amor por nadie, no poder comprender por qué la gente quiere ver al ser amado así, desesperadamente.

Nunca descuiden el físico, no se dejen engordar ni permitan que sus músculos se tornen flácidos, practiquen deportes, no uno sino varios, no se vistan de forma que no les acomode, adoren su cuerpo y su apariencia, eso es importante para la salud, pero sobre todo para la realización espiritual, eso que llaman autoestima. Estímense mucho, créanse lo mejor del universo, acaso lo son.

Proyéctense con espontaneidad siempre que las circunstancias lo permitan, no finjan ser quienes no son, no traten de acomodarse a la complacencia de otros, mucho menos de la sociedad, más bien traten de ser (de realmente ser) quienes quieren ser.

Albert Einstein formuló su Teoría de la Relatividad cuando tenía 23 años; entonces era conocido solo dentro de un grupo elite de científicos europeos. Cuando Einstein se convirtió en un icon de la Ciencia, ya era el anciano de pelo canoso y despeinado que todos conocemos; eran los tiempos de la Mecánica Quántica y esas implicaciones filosóficas que él nunca pudo aceptar, ya era demasiado viejo para segir el ritmo pulsante del tiempo... el suyo, ya había pasado.