Inicio
He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

InicioMapa del sitioDescargasColaboradoresEnlacesAutor    
Buscar :

Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


El siglo de oro español

Una breve charla sobre el barroco en la literatura española.




Sergio De los Reyes  (12-10-2003)

Hablar del siglo de oro Español es colocar sobre la masa unos de los momentos más importantes de la literatura universal. Sin duda alguna, cuando buscamos una escuela para introducirnos en los más exquisitos rigores del mundo poético, debemos referirnos con urgencia e impresindibilidad a autores que dieron luces en ese tiempo. No importa que la diferencia epocal, a gran escala, sea notable; ya que poseer el conocimiento de las obras de estos bardos, nos acercan a las estructuras básicas de las poesía.

El quehacer literario de este tiempo, pongamos como horcón fundamental la poesía, llega heredera de un clasicismo renacentista en desuso debido a una intención profunda por superarlo. Es el Barroco dueño de la metáfora exquisita y agudísima, cuyo engendro se refleja en dos vertientes con similitudes y contraposiciones. Por un lado brilla el Cultarenismo, terminología en un principio con intenciones peyorativas, simulado del vocablo Luterano. Y por otro, el Conceptismo, estilo que se basa exclusivamente en el concepto. Como el máximo representante del Culteranismo tenemos a Luis de Góngora y Argote que logra cristalizar esta corriente hasta sus últimas consecuencias, llegando a un lenguaje de recursos y elementos cultos que colocan a la poesía en un elevado contexto intelectual, ansioso de la belleza pura. No solo en sus más logradas obras, “Fábulas de Polifemo y Galatea” y sus inconclusas “Soledades”, vemos una latinización de la voz en Góngora, sino también en sus más tempranas incursiones. Algunos críticos insisten en dividir la obra del poeta en dos etapas. Una, gran acopio de claridades y otra más tardía, de oscuros enigmas. En un excelente estudio realizado por el investigador Dámaso Alonso, se desmiente esta, hasta entonces, afirmación.

En su exposición Alonso nos dice que el gongorismo es una corriente derivada del petrarquismo, con la que se funde el principio del Renacimiento. Según él, el culteranismo había tomado un elevado nivel desde mediados del siglo diez y seis, en la pluma se Tasso. Con ejemplos nítidos, Alonso, nos ofrece de un equilibrio permanente en Góngora, cuando ya en 1580 sus sonetos poseían alta carga de complejidad, poseyendo en ellos vocablos con valor en griego y latín, pero para hasta el entonces elaborado castellano, sonaban insólitas. El cultismo en si, impregna un elevado léxico y de acepción a la poesía renacentista y sobre todo barroca, cual queda empapada de abundantes alusiones mitológicas que no quedaban en muchas ocasiones lo suficientemente claras; también es un decir recargado de colorismos, de supresiones de artículos, enrevesadas metáforas, modificación de vocalismos castellanos y una muy elitista manera de expresión.


  • Otros articulos educativos


  • Imprimir   Enviar a un amigo   
                                                    

    Miami / USAmail@armandoacosta.comInicio