¿Sabe hablar por teléfono?

Hoy ha sido uno de esos no pocos días en que trato de comunicarme con mis amigos y me los encuentro atrincherados detrás de esa barrera de incomunicación que burlonamente llaman "medios de comunicación".

El problema... bueno, lo primero es reconocer que esto es un problema; una vez aceptado, hay que reconocer que los medios de comunicación persona-a-persona de que disponemos hoy, están muy bien diseñados y pueden ser útiles si los usamos correctamente. De hecho, conozco a muchas personas (yo incluido) que les dan el uso adecuado y obtienen en retorno, el beneficio esperado. Y para probar esto último, cuento con el testimonio de un amigo (me reservo su nombre) que no hace mucho me dijo: "Lo que más me gusta de ti es que uno siempre puede contar contigo, siempre que te llamo, te encuentro"... lo gracioso es que este amigo no tiene celular y para dar con él es un tormento... ¡Será descarado!

En principio, yo creo que mucha gente no alcanza a captar ese concepto que hay detrás de los medios de comunicación actuales. La principal tarea de un teléfono es permitir que otros se comuniquen con uno. No comprender este principio primerísimo, da lugar a toda una serie de malos hábitos de comunicación que convierten al celular en una costosa chatarra. En efecto, si todo el mundo usara su celular para llamar y no para recibir, entonces no tendría ningún sentido llamar a alguien puesto que ese alguien nunca estaría disponible. De modo que el primer buen hábito que uno debe observar es la disposición de ser contactado.

Basado en este principio, es absolutamente imperativo que el celular no se apague al llegar a casa. Quien llama, no tiene por qué adivinar si usted está en la casa o en la calle, su primer intento va a ser llamar a su celular, por tanto, este debe estar disponible en todo momento. Esto es especialmente importante para aquellas personas que se conectan a Internet usando un dial-up que ocupa la única línea telefónica de la casa, impidiendo por tanto la entrada de llamadas por esa vía. El celular debe permanecer encendido todo el tiempo, de día y de noche.

El otro principio a observar es que el teléfono celular es PERSONAL, a diferencia del teléfono de la casa, que es FAMILIAR. Compartir un celular con la esposa no constituye un ahorro de dinero sino por el contrario, un despilfarro, ya que se está pagando un servicio que no cumple su propósito básico. Si usted necesita un canal privado para comunicarse con su esposa, no le de ese numero a nadie más... o dejará de ser privado para convertirse en absurdo... mi recomendación es que no sea tacaño y se compre dos celulares, uno para su esposa y otro para usted.

Un tercer principio, no menos importante, es que el teléfono no es un medio de comunicación diferido (como el e-mail) sino directo (como el chat). No crea que el "answering machine" o "voice mail" resuelve por sí solo la tarea de comunicarlo a usted con sus amigos, no hay nada más frustrante que tener que hablar con una maquinita, cuando uno desea hablar con usted. Claro, es mejor que nada, pero no abuse de las maquinitas ¿OK?

Y sí, definitivamente, el buen o mal uso del teléfono es una cuestión netamente cultural, algo que se aprende con la experiencia tanto personal como colectiva, algo que uno asimila naturalmente o rechaza en base a factores estéticos o de arraigados prejuicios muy difíciles de fundamentar en términos lógicos. De hecho, he observado que los jóvenes, especialmente esos que crecieron en medio de esta revolución tecnológica, son quienes más provecho le sacan a estos medios, en sus manos, de verdeara comunicación.