Obras y sosobras

Solo tienes que detenerte en cualquier lugar y observar a tu alrededor, casi todo es la obra del ingenio humano, calles, casas, postes, automóviles, vidrieras, muebles, hasta los árboles están plantados por la mano de algun creador. En el parque hay una pareja de jóvenes tomados de la mano, también su amor fue cultivado, día tras día, peldaño a peldaño, quien sabe si en meses o en años. Un misil pudiera surcar el aire y derribarlo todo en un segundo, un misil que se destruiría a sí mismo y que también fuera diseñado y construido tras descomunal esfuerzo.

Construir es difícil, toma tiempo, demanda constancia y tezón. Para crear hay primero que creer.

Destruir suele ser tan fácil como apretar un botón, enviar un mensaje, hacer una llamada o decir algo... devorar el tiempo como un remolino que conduce al abismo, allí donde el tiempo ya no tiene sentido físico.

Si algún día sientes ganas renunciar y mandarlo todo al infierno, si crees que no hay más nada más allá del horizonte, que el futuro eclipsó, que no queda nada por hacer, o que no te corresponde, si algún día dejas de creer... cierra los ojos y no hagas nada. No presiones el botón, ni envies el mensaje, ni hagas la llamada, ni digas nada... Refúgiate en la quietud y el inmovilismo, encomiéndate al tiempo, que seguirá transcurriendo aunque tú no lo percibas. No destruyas, porque detrás del horizonte sigue habiendo un camino reservado para tí, y es muy triste caminar sobre ruinas.