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He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Mi eco-sistema se expande

Cuando llegó a mi patio, no se dejaba tocar, por eso no pudimos averiguar si era gata o gato... asumimos esto ultimo y le pusimos por nombre "Sebastian". Con el tiempo se fue acostumbrando a nosotros y entonces supimos que no era él sino ella... de ahi que su nombre transmutara en "Sebastiana".

Pues bien, en la madrugada del viernes para el sabado, nuestra Sebastiana se convirtió en mamá de seis preciosos gaticos de padre desconocido como suele suceder en el misteriosos mundo de los felinos.




Armando Acosta  (03-21-2004)

Sebastiana no es "mi" gata sino más bien una buena amiga que tengo albergada en el patio de mi casa. Aqui la tienen.


Ella tambien tiene un buen amigo de su misma especie, llamado Polo, con quien comparte casi todo el dia, incluyendo la comida y la noche... sí, duermen juntos acurrucados en un rincón calientico del patio.


No son los unicos... rondando a la preciosa hembrita anda siempre un macho de cabellos dorados que no tiene nombre, y un gris odioso y de malos modales a quien hemos puesto por nombre Lucifer. Cada vez que los veo, los espanto... para sorpresa de Sebastiana quien al parecer entiende las relaciones inter-felinas diferente a nosotros.

Pues bien, alguno de estos tres es responsable de la hinchazón ventricular que la pobre Sebastiana presentó durante varios meses. Ese sábado notamos que la barriga... ¡Había desaparecido!

Buscamos por todo el patio hasta que descubrimos a la cria debajo de los helechos: seis hermosos gaticos enroscados los unos sobre los otros... dos amarillos y cuatro grises... ¡Ninguno se parece a Polo!


Es un lugar intrincado para un humano adulto como yo, tuve que acostarme en el suelo armado con una linterna para poder observar de cerca a los pequeños. Sebastiana no entendió muy bien esta parte; se interponía cortez entre sus hijitos y yo, evidentemente confundida, no sabía si debía dejarme tocarlos o no. Finalmente me permitió acariciarlos, pero dejó claro que no le gustaba mucho la idea.

Según me ha explicado la Dra. Yisell, especialista en fomento de eco-sistemas privados, el parecido de los gaticos con dos gatos diferente no sirve de base para establecer paternidad de ambos, pues biologicamente hablando, todos tienen que ser hijos de un mismo padre... por lo visto, Polo no entendiende muy bien estas explicaciones, porque hace dias que no lo veo... debe estar sufriendo una decepcion amorosa incontrolable.

Tambien por indicaciones de la doctora, preparé una casita de cartón para proteger a los recien-nacidos contra las inclemencias del tiempo. Aprovechando la ausencia de la madre, trasladé a los pequeños a su nuevo albergue, entonces llevé a Sebastiana hasta alli para hacerselo saber.

Al principio se confundió. Entró medio cuerpo en la caja, examinó a los gaticos, luego regresó al bosque para ver si estaban allí... yo no intervine, solo observaba... por lo visto se convenció de que aquellos eran en efecto sus hijos, cogió al primero por el pescuezo y lo regresó al lugar que lla había elegido. Yo decidí que definitivamente Sebastiana sabe más de gatos que yo, y entonces le ayudé a regresar sus gaticos bajo los helechos.


Y esta es la historia de Sebastiana y sus seis gaticos. No, no estoy regalando ninguno ¿Acaso teng derecho a separar a una madre de sus hijos? Asi que si quieren un gato... remen que aqui no pica.


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