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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Yo en pedazos




Yisell  (04-07-2004)

Voy a terminar por encerrarme dentro del closet desnuda a discernir con cada ropa sus texturas. Dormir dentro de cada zapato para conocer lo incomodo de mi pie. Dejare finalmente mis dedos debajo de mis botas para saber cuando pisan, cuanto dolor sienten las hormigas. Me inclinare de cabeza frente a mi ombligo a ver si descubro algún indicio de humano de mi madre. Dejare que mi pelo sirva de hilo para las arañas cuando comiencen nuevamente a tejer las redes para cazar insectos. Horneare mis uñas como galletitas refinadas de alguna receta francesa y las pondré en venta por centavo y medio. Orinare de pie encima de las copas de los invitados y les brindare cuan delicioso aperitivo algunos de mis dedos sin uñas para la noche buena.

Sembrare en el patio un arbolito viejo, diminuto y medio seco, al cual adornare con mis dientes cariados, con un poco de sarro de diez años y un mes. Dorare mis pestañas para los que como yo, no duermen de noche, porque ya los ojos me los abre comido después de freírlos en el desayuno. Llenare de saliva algunas tazas para servirlas cuando llegue esa visita que nadie nunca esperaba.

Mandare mis pequeños senos en pedazos por correo, en algunos sobres dirigidos aquellos que aun recuerden su redondez. Separando en un sobre amarillo para objetos frágiles, a mis pezones, que solo serán para aquel que mas me amo.

Imprimiré mi boca en todas partes, besare toda la tierra, hasta que el ultimo pedacito de labio se escape de mi rostro, inhalare todas las muestras de perfumes, todas las bocanadas de humo, gasolina industria, ácidos y químicos.

Pondré mi lengua en un jarrón para adornar las tumbas de todos mis muertos. Arrancare mis cuerdas vocales y se las regalare a un violinista para qué toque la última sonata a mis oídos. Puesto que después seccionare mis tímpanos y se los daré de comer a todos los conejos blancos, para que puedan escuchar algún día a Alicia.

Me extirparé la vagìna y la usare de saco para meter dentro a todos los hombres que no supieron amar, y así vuelvan a nacer.

Haré de mi estomago una pecera, de mi trasero un tamborcillo marroquí, con mis piernas las pata de una mesa, una mesa de bar o de motel de mala muerte. Dejare mi piel tirada en alguna parte para que otros se ocupen de saber que hacer, quizás limpiar algún piso de pescadería o usarla como sobrecama en un viejo burdel

Cuando yo solo que en órganos, tirare los riñones, pulmones e hígado a todos los animales que vengan a comer.

Finalmente quedare yo y mi corazón. Guardare mi corazón en una gaveta junto a todos los corazones de mis antepasados, junto al amor incondicional que casi nadie recuerda, junto a la vida que viví, junto a mis lagrimas secas, durmiendo cerca de mi infancia, descansando con mis recuerdos.

El yo que sobra se quedare delirando en este orden cosas, ya sin cuerpo, sin materia, jugando con el resto de los vivos, haciéndoles creer que todo lo di por este mundo que nada me quede para mi misma, que compartí casa pedazo con ellos, que no fui egoísta, que no escatime. Pero todo es una mentira, porque la esencia que vale, los únicos que la pueden entender son los que saben amar y a esos les debo mi vida y esos pertenece solamente mi yo.


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