Esta vez la celebración con todo e invitados se mudó para la Pequeña Habana, muy cerca del distinguido barrio de los Roads en el Suroeste de Miami... ¡Un Lunes! -- ¿A quien se le ocurre celebrar un cumpleaños un lunes?

La homenajeada se hizo acompañar de su esposo por toda la carretera que une a Vero Beach con Miami, un viaje de dos horas y media, y de blanco llegaron los tres: Rubby, Roberto y el carro... Hey, wait a moment... ¿El carro de Roberto no es verde? -- ¡Sorpresa! ¡Se compraron un carro nuevo!

Era Lunes, dije, diez y media de la noche, pero cuando llegaron estos dos, la casa ya estaba llena de invitados, Juaqui con Carmen Viviana, Corujo, Tejuca con su padre, Llaima, y tambien Nancita con su esposo Luis.

Había un bufete, un cake (no hay cumpleaños sin cake), tambien hubo "happy birthday" y velita apagada (en singular porque en ningun cake caben más de quince velitas).

Y tambien hubieron regalos... muy curioso, porque un poco reflejaron la personalidad de los regalantes.

Llaima le regaló un jasmín arrancado de su pequeño jardin privado, preámbulo de un grillete que no se usa en la mano sino el pie, segun explicó.

Clipsia le regaló un angelito y una prenda de vestir.

Yo le regalé una máquina electrónica de hacer labels.

Tejuca le regaló un libro de Isabel Ayende...

... cuya dedicatoria escribió de su puño y letra en el mismísimo acto de la entrega (salvando asi el descuido de no haberlo hecho antes).

Nancita es nueva en estas cumbanchas, pero no para mi, Nancita creció practicamente conmigo, jugábamos cuando niños en mi casa, y despues de más de veinte años nos volvemos a reunir ahora. Ella trajo su regalo desde Cuba, una pulsera hecha de carapacho de carey.

Como era Lunes (es la tercera vez que lo digo), los invitados se fueron temprano. Juaqui el primero, luego Tejuca, y los que quedaron me hicieron el honor de visitar mi apartamento, muy curiosos por conocer qué había hecho en materia de decoración... dotes desconcidas hasta ahora incluso para mi... Sus comentarios me los recervo... y nada de fotos.

En fin, que nos cogieron las dos de la mañana entre una cosa y la otra. Ya no era Lunes sino Martes que para el caso es igual. Llaima me preguntó por Sergio, tambien por Yisell. El tiempo pasa muy de prisa, nada es igual cuando en vez de escribir dos mil cuatro, tenemos que escribir dos mil cinco... un año después.

Felicidades, Rubby

...La pasamos muy bien.