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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Memorias de un largo viaje




Armando Acosta  (04-03-2005)

Mirar al cielo me relaja, me abstrae de este mundo tan vasto que no podría recorrer ni en años, y a la vez tan pequeño comparado con la inmensidad del cosmos. Observo las estrellas más cercanas (las lejanas no pueden verse a simple vista), son solo puntos, pero cada uno es una bola de fuego del tamaño del Sol, o quizas más grande... la masa del Sol representa el 98% de la masa total de nuestro sistema planetario. Mirando al cielo descubro el gozo de la humildad; mirar a las estrellas y reflexionar sobre su grandeza es como mirar a Dios.

Igual me remonto al pasado lejano, bien lejano, diez mil años, cuando los hombres vivian en tribus inconexas de apenas cien miembros cada una, como las manadas de animales salvajes. ¿Cómo habrá sido el primer encuentro entre dos tribus? - Hostil, seguramente.

Ha tomado milenios construir una humanidad totalmente interconectada como la que conocemos hoy, una sociedad humana de intrincadas inter-relaciones economicas, sociales y culturales. Pero ese no es el final feliz de una larga historia, sino solo el primer paso hacia la felicidad. Nuestras relaciones continúan siendo hostiles, apenas comenzamos a contruir la paz. Tal vez haya que esperar otros miles de años antes de haberlo conseguido.

Vivir en sociedad tiene un precio inescapable: el sometimiento del individuo a las normas de esa sociedad. No podemos defecarnos en el medio de la calle cuando nuestro organismo nos lo pida, por muy natural que defecar sea, ni copular con nuestra esposa en medio de la plaza publica... por muy romantico que nos pueda parecer.

Me proyecto hacia el futuro también, bien lejano, y no vislumbro la manera de construir una sociedad donde la libertad no tenga que estar en boca de los políticos, sino que fome parte de nuestras vidas sin restricciones y sin leyes. Me parece comprender entonces que la humanidad es parte del universo, y como tal es caos, dinámica que se transforma en función de las leyes del cosmos, y no de las leyes de los hombres; y me pregunto entonces qué diferencia existe entre la noción del cosmos, y la noción de Dios.

Por fin regreso a mi propia vida y me siento reconfortado, soy un turista conceptual que ha viajado por el espacio-tiempo. Tantas maravillas he visto en mi viaje que la existencia termina pareciendome maravillosa... y de alguna manera decubro su relación con la divinidad.


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