Recetas para hip-hop alternativo

El hip-hop se estableció definitivamente en la preferencia de los jóvenes y adolescentes de nuestro tiempo, después de un largo camino recorrido desde los mismísimos 80s. Básicamente este ruido (que algunos consideran "música") consiste en una voz que no canta sino declama trivialidades al ritmo de un monótono golpeteo de tambores cuya simplicidad cautiva a las masas siempre renuentes al más minino esfuerzo mental. Su modalidad latina se ha hecho llamar "reguetón", y su diferencia con el original radica, además del idioma, en que el golpeteo rítmico es algo más simple y monótono, demostrándose una vez más que todo fenómenos es siempre capaz de alcanzar niveles superiores de estupidez.

El hip-hop y el reguetón son muy abundantes hoy en día, pero si no bastasen todas las emisoras de radio, CDs, mp3 vía Internet disponibles hoy en día, he aquí algunas recetas que le permitirán obtener hip-hop alternativo de manera sencilla y a bajo costo.

Ponga en marcha un metrónomo y un generador de tonos. Variando el tempo del metrónomo y la frecuencia del generador obtendrá una amplia gama de modalidades. Este fondo musical le inspirará a improvisar sus propias obras, pero recuerde que no tiene que cantar, solo recitar, balbucear o maldecir, en dependencia de su estado de ánimo...

Quienes no dispongan de los medios anteriores (metrónomo y generador), o quienes no tengan talento ni siquiera para balbucear, pueden aprovechar un discurso del presidente para golpear sobre la mesa con dos cucharas. Para los latinos se recomienda golpear al ritmo de reguetón: Tatáta-tá-tá, Tatáta-tá-tá...

Los residentes de Cuba insular son privilegiados en este sentido, al contar con la primera emisora de hip-hop del mundo, activa desde 1947. Si usted vive en Cuba, sintonice Radio Reloj y allí tendrá todo lo que necesita para una experiencia hip-hop: un metrónomo, un locutor maldiciendo al imperialismo yanqui todo el tiempo y un pitico cada sesenta segundos que lo conducirá al clímax del deleite.

Si necesita un contacto más intimo con el espíritu del hip-hop, hágase de un viejo disco de acetato y guárdelo en un lugar seguro, lejos del alcance de los niños y sobre todo, de su mujer. Cuando se arme la primera bronca doméstica, agarre el disco y comience a rayarlo con un tenedor aprovechando el discurso probablemente injurioso de su mujer. Lo mágico de esta práctica es su efecto de retro-alimentación: Cuando su mujer lo vea rayando el disco en vez de prestándole atención, se sentirá motivada a subir el tono de sus insultos lo cual beneficiará extraordinariamente a la obra.

Las posibilidades del hip-hop son grandiosas, es una modalidad que rompe todos los esquemas musicales establecidos, o mejor dicho, rompe con la música misma. Su futuro está pues asegurado, especialmente al no requerir de talento para producirlo... y de muchísimo menos para escucharlo. Si usted es amante de este genero... francamente lo envidio por su buena suerte.