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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Cuento contigo

Puedo asegurar que lees esto en una superficie plana, tan plana como puede permitirlo el imperceptible grosor de una letra impresa sobre un papel o verdaderamente plana por gracia electrónica de la inyección de tinta o aparición en una pantalla.




Roberto Wong  (11-20-2005)

Puedo asegurar que lees esto en una superficie plana, tan plana como puede permitirlo el imperceptible grosor de una letra impresa sobre un papel o verdaderamente plana por gracia electrónica de la inyección de tinta o aparición en una pantalla; quedaron atrás los tiempos de leer mis textos directamente a mis más allegados.

También puedo asegurar, o casi asegurar que estás sentado y fácil adivino tus brazos flexados en ángulo con los antebrazos apoyados en una mesa o escritorio, las manos relajadas sobre el mueble quizás a ambos lados de un teclado… como variante a esa primera imágen tuya en mi mente puedes estar leyendo esto en una hoja de papel y sin mueble delante, entonces estarás sosteniendo el endeble pliego en una de tus manos y aún te veo sentado, sin descartar, no obstante la posibilidad de que estés en un metro newyorkino a ciertas horas abordado por algunos lectores, generalmente de periódicos enrollados a una o dos columnas para facilitar la lectura en tan estrecho compartimento, abrazados a los tubos verticales o graciosamente colgados de unas manijas o estribos para no caer por inercia aferrados a sus lecturas aislantes.

Puedo incluso adivinar ciertas cosas de tu día hasta tu encuentro con estas palabras: a una hora de este dia, el cual se identifica con una fecha, te levantaste… no importa si fue a las cuatro de la mañana o a las cuatro de la tarde te levantaste en lo que todavia consideras “hoy”… puedes decir que estás leyendo esto después de la medianoche y te levantaste “ayer”…; pero aún así hay un porciento grande de posibilidades de que no hayas estado más de veinticuatro horas despierto antes de leer esto…

Bien, si tomamos ese “hoy” como ese comienzo del ciclo donde te separaste de la cama, generalmente encerrada en un cubo con huecos- eso es tu cuarto-, parte de un conjunto de habitaciones similares -al menos en material de construcción y sentido ergométrico- seguramente en no mucho tiempo de este traumático proceso de la inconciencia a la llamada realidad -mucho más traumático si utilizaste para despertar cualquier variante de las chicharas diseñadas para esto, incluida la música de tu preferencia- fuiste al baño, pasaste pues por uno de esos huecos dejando enmarcar fugazmente tu figura en un rectángulo con tres lados de madera y quizas hasta hayas pasado por por un conducto ortoédrico -léase pasillo- para pararte ante otro hueco a botar desechos, ya sea de pie o sentado… no voy a ser una disertación acerca de que la vida es un hueco porque de un hueco salimos, a él vamos… eso ya está redicho… intento decir cosas, alargar este texto, puedo agregar a la descripción de tu dia el obligado aseo bucal y la gran posibilidad de que hayas ingerido algún alimento antes de haber pasado una hora de haberte levantado, esto si, siempre considerando las variantes aún de pocas probabilidades, puedes estar en ayuno religioso o en ayuno médico, esos últimos obligados para hacernos análisis de laboratorio y entonces estarás sentado en el acéptico local de un hospital o clínica para ser pinchado y desposeido de un porciento de fluido sanguíneo.

Me viene a la mente ahora lo egocéntrica de la gramática, la primera persona es quien escribe, la segunda a quien se dirige el escritor y la tercera de quien se habla…; en relación a esto escuché alguna vez que la narración en segunda persona es la más difícil y también he escuchado de algunos escritores que el cuento, la narración corta, es un género dificil… yo no tengo punto de comparación pues sólo he escrito narraciones cortas, algunas con visos de “ensayo”, pero en su mayoría cuentos o semblanzas de personajes al menos; no recuerdo haber escrito mucho en segunda persona, escasamente un cuentecito de ciencia ficción titulado “Retiro” más bien una justificación para describir algunos adelantos tecnológicos acumulados en mi imaginación… Hoy me levanté con esas dos reflexiones acerca de la narración corta y la segunda persona y quise hacer este cuento contigo.


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