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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


2006




Armando Acosta  (12-31-2005)

Algunos no llegaron a acostumbrarse a escribir 2005 en sus cuadernos ó en sus chequeras; ya es tarde para ellos... ya es 2006; un nuevo año, de nuevo pretexto para hacer el cíclico recuento y exigirse una vez más... hacerlo bien esta vez, en este 2006.

La obligada recapitulación de nuestro andar por esta cíclica tierra cuya redondez desafía el concepto mismo del límite y nos ofrece la oportunidad de a empezar de nuevo... de volver a intentarlo.

Algunos lograron cosas en el 2005, y sus vidas se tornaron menos cíclicas. Porque un logro es como un árbol plantado en medio del camino, que al quedar atrás puede vérsele interrumpiendo la monotonía del paisaje. Es la huella que diferencia nuestro andar de otros andares. Algunos plantaron sus árboles, otros vuelven la vista atrás y solo tienen una tierra árida que ni siquiera el rastro de sus pisadas guarda. Por eso es bueno mirar atrás, para ver los logros... o para acordarse de que hay que lograrlos... en este 2006.

Un año encierra muchas cosas, no es un ciclo impuesto por la voluntad de los hombres, sino un giro de nuestro mundo alrededor de su luz. Es el lapso en que todo se repite, una rutina que antecede las nuestras, que antecede la existencia misma de todas las especies. Es un ciclo que debemos respetar, por viejo y por ineludible.

Mas nuestra vida no es por ello minúscula ni siquiera comparada con la infinitud del universo. Porque nuestra vida tiene la dimensión que nosotros queramos darle. Para un cristiano, por ejemplo, la vida es eterna, trasciende la muerte. Para un genio (otro ejemplo) no hay muerte posible, porque sus logros son visibles en el recuento de todos los hombres que le siguen.

Sí, el fin de año es un buen momento para reflexionar, para recapitular, para trazar derroteros, algunos nuevos, otros rezagados de recuentos anteriores (ya lo dije... volverlo a intentar) -- Y no es que el 31 de Diciembre tenga algo de especial en términos astronómicos, es que en algún momento hay que hacerlo... si no quiere uno pasar por esta redonda tierra dando vueltas tan solo, sin que nadie sepa que por aquí anduvimos y que nada nos propusimos lograr.


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