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He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

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Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Un encuentro con la comida mexicana

Una de las cosas intersantes de visitar un nuevo país es conocer sus comidas. Mientras más viajamos, más se amplía nuestro horizonte alimenticio. Solo que yo no he viajado lo suficiente...según parece.




Armando Acosta  (01-22-2006)

Mis anfitriones en Monterrey son Varinia y Sabi. La primera es mi compatriota y amiga de hace veinte annos; el segundo es su esposo, que es mexicano y ademas un hombre acostumbrado a viajar y... a comer. Parte de su orgullo como anfitrion ha sido pues pasearme por la variadisima comida mexicana que, contrario a lo que llegué a pensar, no se compone de tacos solamente.


Y hablando de tacos, llevo una semana comiendo tacos; los he comido de todos tipos, desde los mas pobres hasta los mas refinados... (folkore aparte, los refinados son mas ricos). Asi las cosas, hoy le dije a mis anfitriones que ya habia aprendido suficiente sobre tacos, de modo que preferiria seguir ampliando mis conocimientos en alguna otra direccion.

Por lo visto Sabi recibió esta declaración como una buena oportunidad y en respuesta me llevó a un restaurante de muy variados platos. Apenas hube recibido la carta de manos del amabilisimo camarero, Sabi se adelantó a hacerme sugerencias.

Mole, guacamole, orchata... palabras como estas comenzaron aparecer, cada una con su debida explicación. Me decidí por una ensalada de lechugas varias con otros ingredientes de nombres irrepetibles... tuve la esperanza de que fuera algo asi como un "Ceasar Salad". Sabi, por su parte, pidió un entrante colectivo consistente en tortillas de maiz con carne, queso y el ineludible guacamole.


La orden llegó muy rápido y ante los ojos expectantes de mi anfitrión, le di una probada al pintorezco entrante. Por suerte las tiritas de carne que contenía estaban sabrosas, del resto se ocupó el propio Sabi, pues Varinia tampoco es amiga de este tipo de cosas.

Otro entrante de la cuidadosa selección consitió en tres empanadas rellenas con diferentes ingredientes. Sabi me los hizo probar uno a uno, siempre expentante a mi reacción. Primero el de champinnone, despues el de hongos de maiz, luego el de... (no recuerdo)... siempre huntados de la salsa de... guacamole, por supuesto.


No veia llegar la hora de mi ensalada, y esta no llegaba porque los camareros estaban esperando a que termináramos con lo primero. Sabi me contó entonces esta historia: un británico viaja a Hong Kong y le sirven una angila. A él no le gustan las anguilas, por supuesto, pero se la come toda para no hacer el desaire... solo que este britanico no sabe que para los asiáticos, comerse toda la comida es sennal de que el huesped se ha quedado con hambre. El anfitrion hong-kones se apura en traerle otro plato, no con una anguila sino con tres... y el britanico se las vuelve a comer completas creyendo que asi complacia a su anfitrion.

Lo que Sabi no imaginaba mientras contaba su historia, es que yo estaba pasando por algo parecido... Por fin llegó mi ensalada.


... No, esto no es un "Ceasar Salad". El sabor del vinagre sobresale por encima del de clorofila; yo no soy catolico pero aquel sabor me hizo acordarme de Jesucristo. Por suerte descubri debajo de las lechugas unas lonjas de naranja que pude engullir sin hacer una mueca demasiado evidente.

Si el plato hubiera sido mas pequenno, tal vez hubiera seguido el ejemplo del britanico, pero comerme todo eso?... I don't think so... Mi unica salvacion estaba en el plato fuerte que habia ordenado: Filete de res en salsa de... "mole" creo que se dice. Hicimos retirar la ensalada y por fin llego mi plato salvador... salvador, dije?


El "mole" (o como se llame) es una especie de chocolate mexicano ligado con no sé qué. El arroz que le acompanna no es ni blanco ni amarillo, sino verde, y sabe a crolofila. Comencé a preocuparme, ya habia hecho retirar la ensalada y obligado al pobre Sabi a comerse toda aquella cosa de tortillas de maiz con whatever... No podia seguir desairando al pobre hombre.


Entre tanto Varinia, que por lo visto ya ha pasado por estas experiencias, habia ordenado un plato italiano que lucia reluciente justo a mi derecha. En vistas de que la salvacion no aparecía por ninguna parte, le pedi a Varinia que me dejara probar sus champinnones (que a ella no le gustan)... Mi reacción fue instantanea, no pude disimular el placer que me causó aquel sabor europeo salvador de mi almuerzo.

Me dió realmente mucha pena, pero que podia hacer? No obstante, Sabi no se dió por vencido. Quieres un postre? - Me pregunto - No, no creo que sea necesario... - Fue la respuesta más cortez que encontré. Pero Sabi es de los que no se dan por vencidos facilmente. Arroz con leche, fue su orden (más que sugerencia), y asi fue como apareció esta preciosa copa en el medio de la mesa.


Despues de este almuerzo tan interesante, he llegado a comprender el afán de Mac Donalds y Coca-Cola por hacer llegar sus productos a todos los rincones del planeta. No es como la gente cree, para vender más y hacerse mas ricos. No, es un esferzo patriótico por salvaguardar el bienestar de los ciudadanos americanos; una forma de garantizarle un refugio seguro a sus paladares donde quiera que estén, a donde quiera que vayan.



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