Gaza... ¡hasta cuándo!

Las declaraciones del presidente George W. Bush en San Petersburgo, respecto al conflicto de Gaza, no pueden calificarse sino de cínicas, cuando aseguró que el único culpable de ese conflicto es Hezbolá, por haberlo iniciado, y que la manera de detener la violencia es haciendo que Hezbolá deponga las armas. Su homólogo ruso, a su lado, —aunque no necesariamente "de" su lado— dijo a reglón seguido que ve justificada la respuesta de Israel, pero que la magnitud de esa respuesta debería ser proporcional.

Lo cierto es que la escalada de Israel ha sido brutal; las victimas civiles llueven, las carreteras y los puentes vuelan en pedazos creando dificultades hasta para la evacuación de los visitantes extranjeros. Ya se va haciendo bastante obvio que esto no es una "operación de rescate", sino una guerra propiamente dicha, una que bien pudiera irse de control... si es que podemos pensar que todavía lo hay.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodriguez Zapatero, se pronunció en un enérgico discurso donde reclamó "que el gobierno de Isralel respete los derechos que marca la legalidad internacional", y apuntó también que "la lucha contra la violencia no puede justificar, de ningún modo, la pérdida de vidas humanas inocentes". Asimismo, el mandatario español lanzó un llamamiento a las Naciones Unidas para que "ponga fin a esta locura de violencia".