No habÃa mucho que esperar de este discurso. Por una parte, el propósito serÃa --creo yo-- el de conmemorar una fecha que ya es histórica, no solo para esta nación, sino para la humanidad en su conjunto; por otra parte --y sobre todo--, Bush no es un hombre que se distingue por la belleza de su oratoria precisamente. Pero aún con estas premisas, me dispuse a escuchar el discurso y lo escuché hasta el final; querÃa saber cómo el presidente harÃa encajar la guerra de Irak dentro de ese esfuerzo antiterrorista que él mismo ha bautizado como "guerra contra el terrorismo".
Y lo hizo de forma magistral. Según él, el fracaso de la contienda de Irak convertirÃa a ese paÃs en santuario de grupos terroristas como Al-Caeda. Se refirió también al compromiso moral de salir victoriosos en ese episodio ya que lo contrario serÃa interpretado por los terroristas como sÃntoma de debilidad. No se atrevió a continuar con su viejo argumento de que Sadam Husein mantenÃa vÃnculos con esos grupos, demostrando una vez más que su oratoria, si no bella, al menos no carece de poder de adaptación a medida que las circunstancia cambian.
No sé si usted, amigo lector, quedó convencido con este nuevo argumento del presidente. Yo no, porque esas palabras no alcanzan a justificar la contienda misma. Sigo pensando que la guerra de Irak fue un gran error, algo que lejos de ayudar a la lucha global antiterrorista, la retrazan. El nuevo argumento del presidente no se refiere al porqué Estados Unidos fue a la guerra, tan solo justifica el porqué no se debe sacar la pata, una vez que se metió. Es solo el giro lingüÃstico --burdo, por cierto-- el que produce la ilusión de que existe una conexión entre Irak y el terrorismo, pero ese vÃnculo, simplemente, no existe.
En general, el lenguaje utilizado en todo el discurso fue retóricamente simple, infantil dirÃa yo; me pareció dirigido a estudiantes de primaria y no a un pueblo que se supone culto y con dos dedos de frente. Creo que los norteamericanos no merecen que se les hable como a idiotas, porque no lo son: diferentes encuestas de opinión reflejan que hoy por hoy, más de un cincuenta por ciento de los estadounidenses no ven la guerra de Irak conectada al 9/11... de ahà que el presidente haya enfocado sus esfuerzos de esta noche a contrarrestar esa percepción. Si lo logró o no, eso está por ver.