Dios no juega a los dados
Cuando Bhor murió, lo primero que hizo a su llegada al cielo fue preguntar por Einstein. Lo buscó por todas partes hasta que por fin lo encontró, nada menos que jugando ajedrez con Dios. Bhor no quiso ser impertinente y se retiró calladamente sin decir palabras. Cuando se hubo alejado lo suficiente, Einstein se dirigió a Dios diciendo: "Gracias, señor, por haberme ahorrado esta verguenza... en fin ¿Continuamos con nuestra partida de dados?"
Artículos Humorísticos
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