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Reinaldo Castillo Frau
06-24-2004 (12:32 pm)

Tema: Una tierra llamada paraiso


No me siento ofendido por los puntos de vista. Admiro dos cosas en la vida: la libertad y la inteligencia. He aprendido más oyendo y leyendo; no soy un buen hablador.
Comentando con Armando sobre el concepto de “vender”, vender es publicar, y hay que fajarse al “duro y sin guante” en el mercado editorial, y más si uno está económicamente muy jodido (dispensen la palabra). Recuerdo a aquellos autores de los folletines de entrega, tan cursis y melodramáticos, pero era el gusto de una época, y tenían que ganarse los frijoles. ¿No era y es honesto?
Escriba como escriba, gozo las noches de insomnio y las madrugadas hechas poesías. Quizá algún día un lector asome las pupilas y se descubra en el espejo onírico de las letras y goce también al sentirse presente en el corazón del otro. Eso que Bajtin consideraba imprescindible para alcanzar el autoconocimiento.
La nueva poética hispanoamericana, llamada por algunos críticos Postboom, Estética de la Trasgresión, Postmodernidad, entre otros. Se trata de una literatura que se alimenta de lo cotidiano, de la existencia mundana. No le interesa la trascendencia ni la configuración del héroe. Los personajes están inmersos, de alguna forma, en la marginalidad: prostitución, homosexualidad, desocupación, la calle, la adolescencia, la droga, el exilio, etc. Entre otras características, está la trasgresión de los géneros. La novela como metanovela, en un inusitado ejercicio narrativo, que transgrede y rompe convencionalismos académicos, recrea palabras, desordena tiempos verbales; pero es esto y mucho más. Serían muchos los ejemplos de autores y obras. No quiero agotarlos, ni pretendo ser el erudito, sólo trasmitirles mis experiencias y responder con ellas, respetando, por supuesto sus ”puntos de vista”.
Los temas, estimados amigos, no se agotan; nos agotamos nosotros. El amor, la soledad, el odio, el temor, la hipocresía, la envidia... son tan antiguos como el hombre.
Tejuca, mi hilaridad no fue para lacerarlo; pretendo la unción, la hermandad. Hablábamos de USA, por supuesto, pero el personaje es un cubano y, como tal, lo es en USA, Francia, Níger... ¿No? Y explicaba que somos un crisol de nacionalidades. ¿No? El personaje de mi cuento es una metáfora...



Reinaldo Castillo Frau
06-22-2004 (12:58 pm)

Tema: Una tierra llamada paraiso






Estimados amigos: créanme, me emociona sobremanera el interés que ha causado “Una tierra llamada paraíso”, tocando un lado de sus corazones. Intentaré algunos comentarios sobre los temas abordados, y lo haré un poco a la deriva; es decir, sin un rumbo predeterminado.
Uno de los conflictos del escritor contemporáneo es vender. Mi dificultad no es escribir, sino publicar. A pesar de algunas aperturas, todavía rondan por ahí ciertos “fantasmas del ayer”... Para vender, como bien expresa Clipsia, son imprescindibles ciertos ingredientes: política, lenguaje irreverente y desenfadado, erotismo y alguna que otra acción de violencia... Pero por supuesto, con talento, porque la competencia es excesiva. Aunque también se edita mucha basura... Hay autores muy abiertos a la política; yo prefiero que esté en el subtexto. La política y la literatura son como un matrimonio mal llevado, como cuando se mezclan el aceite y el vinagre.
Me entristece, les confieso, la expresión de infierno para Cuba. Infierno y paraíso van juntos, como la vida y la muerte, y habitan lo mismo en Cuba, Estados Unidos, que en Madagascar. Para mí, infierno son esos instantes negros, tristes y rabiosos de la vida, que a veces, es cierto, son los más y más prolijos. Paraíso es todo lo contrario, los menos y más efímeros instantes. Paraíso e infierno son metáforas. Metáforas es el titulo del cuento, el contraste del parque y los gigantes de hormigón y acero, como afirman Armando y Alejandro; pero hay más, en esos árboles que se desnudan... Paraíso es el modo de nombrar lo exuberante, lo próspero, la tierra prometida. Recuerdo la crisis de los balseros. Vivo muy próximo al mar, por la zona de Miramar, y todos los días acudía a observar el derrame de esos pedacitos de Cuba que se desprendían y se alejaban... En una ocasión, observando como zarpaba una balsa, uno de los tripulantes, me invitó: “Tío, vamos, aquí cabe otro al paraíso”
Quizá ustedes que han vivido las dos experiencias, y despojados de todo prejuicio, puedan valorar las



alternativas entre ambos sistemas. Yo no he salido de la isla, sólo me he despegado de la tierra, cuando me baño en la playa, viajo en la lanchita de Regla o Casablanca o despego en avión hacia otra provincia. Las experiencias que tengo del capitalismo son las que he acumulado a través de mi vida, las que viví antes del 59 y las que me han ofrecido los medios de comunicación, la literatura y las vivencias de algunos amigos viajeros de ida y vuelta. Ningún escritor se escapa de lo intertextual. Siempre hay un pre-texto que nos arma de una idea.

Quiero decirles que Cuba no es un país de pobres solamente. Han surgido nuevos estratos de cubanos ricos: gerentes de firmas extranjeras, músicos, deportistas, artistas plásticos, comerciantes por cuenta propia y otros de oscuros caminos... Y están los que reciben remesas mensuales desde el extranjero. Y están los pobres, pobres, con sus suelditos y sus pensiones.
Muy acertado el análisis sobre el cambio de piel del escritor o del creador, y no sólo de la otredad, sino también desde la notredad. Y Tejuca me causa hilaridad cuando analiza la escena erótica sobre la mesa del club, cuando afirma que “pensándolo bien es una buena opción...” Somos un híbrido de culturas, razas y religiones, y esa fusión ha sido una fortuna, porque de ella se hizo lo “cubano”, el ser cubano.
Qué ocurre con el “dentro” y “fuera” de la isla. Uno está aquí chocando con lo cotidiano, con el lector que es quien completa el ciclo de tu obra, te sientes parte, vives esos instantes de “Infierno” y de “paraíso” del día a día, aquí sentado sobre el malecón, caminando por el Prado o por los adoquines de la Habana Vieja o sudando la gota gorda sobre una bicicleta porque las guaguas se han perdido. Uno está allá, me imagino, más próximo al mercado internacional, al acceso de otros libros, observando desde otra perspectiva la vida en la isla.
La libertad son tus ideas, esas piedras a piedras con las que has levantado un castillo, a tu forma y estilo, y no hay quien lo derribe.

Reinaldo Castillo Frau
06-19-2004 (12:34 pm)

Tema: Una tierra llamada paraiso


                                                

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