Inicio
He creado este espacio para compartirlo con familiares y amigos, aunque no descarto la posibilidad de que otros visitantes se encuntren a gusto y lo puedan disfrutar tambien...

InicioMapa del sitioDescargasColaboradoresEnlacesAutor    
Buscar :

Ideas


Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Historia de un Gigabyte




Armando Acosta  (09-15-2005)

Hace unos pocos días, un colega me mostró algo que se había comprado recién: un "memory stick", o sea, una de esas unidades de memoria flash que se enganchan al puerto USB de la computadora. Lo novedoso del artefacto estaba en su capacidad, cuatro gigabytes... y apenas tenía el tamaño de una caja de fósforos.

Perece cosa de ciencia-ficción, en cuatro gigabytes caben muchas cosas, toda nuestras fotos junto con toda nuestra discoteca. Nuestros documentos, todos, dibujos de AutoCAD, código fuente, databases... podemos llevar nuestro sistema informático personal entero, metido en el bolsillo de la camisa. Es como para asombrarse, y sí me asombró.

Y como parte del acto de asombrarme, recordé enseguida a mi primer disco duro de un gigabytes, eso fue en 1995 si mal no recuerdo, hace diez años ya, y recuerdo que lo compré con gran júbilo porque un gigabyte era mucho más de lo que yo (o cualquiera) podía alcanzar a llenar por aquellos días. Pero lo que más me asombra en este instante, es que ese disco duro aún existe, y mientras escribo estas líneas, le estoy corriendo un "defrag"... porque lo pienso seguirlo usando todavía.


Mi sistema informático comprende tres computadoras, una está en mi oficina y es la que uso para escribir e-mails, desarrollar esta web y todo las demás tareas que requieren estar sentado frente a la computadora por un buen rato. La otra es un "server", en el sentido de que toda mi información voluminosa radica allí y yo la accedo a través de mi network casero (ver Los Beneficios de un Network Casero).

La tercera máquina estaba en la sala, era un laptop que cerrado lucía muy bien, y al cual tenía conectado monitor, mouse y keyboards externos.


Pero el laptop tuvo y una avería y ahora tengo que reemplazarlo con alguna otra máquina. Y es aquí donde viene mi disco de un gigabyte.

Una computadora en la sala (conectada al network casero) es algo realmente útil, pero si, y solo si, se mantiene todo el tiempo encendida (lo mismo que el "server"). Yo la uso para consultas rápidas, mi Lista de Compras, por ejemplo, o mi programa de finanzas, o una rápida incursión en Internet, o simplemente para escuchar música. Por esta razón, no es una máquina de gran poder lo que necesito allí; no es un centro de almacenamiento, sino más bien un "terminal" que me permite tener rápido acceso al network.

Mi plan es recuperar una vieja máquina que tenía tirada en un cajón, un verdadero "dinosaurio": Pentium MMX 233 MHz con 96 MB de RAM... y mi aguerrido disco duro de un gigabyte que todavía se las arregla para correr su fiel y noble Windows 98. -- Tal vez algunos me llamen retrógrado, yo solo creo estar actuando con sentido práctico. No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que huele a polvo es obsoleto.


  • Más comentarios


  • Imprimir   Enviar a un amigo   
                                                    

    Miami / USAmail@armandoacosta.comInicio