Por favor, quiero hacer una entrada discreta a Miami, de modo que no avisen a la prensa y mucho menos contraten mariachis para recibirme. Solo esperen mi llegada y en todo caso esten atentos a las noticias por si el avion llegara a caerse.
De Monterrey me llevo gratos recuerdos, aparte del trabajo realizado. He visitado lugares interesantes como el Museo de Historia Mexicana y el Museo de Ciencias Alfa; tambien me llevo un par de libros de historia pre-hispanica y lo que es mas importante, el afecto de nuevos amigos.
Varinia, a quien deje de ver siendo ella adolecente, la dejo ahora embarazada... de su esposo (no sean mal pensados). Fue una gran suerte que me enviaran a trabajar a Monterrey, justo donde ella vive desde hace solo seis meses. Me voy tranquilo de dejarla en buenas manos, las de su esposo Sabino a quien ya conocieron en mi reportaje sobre mi encuentro con la comida mexicana.
No se si podre regresar a Taco Bell, pero lo intentare. A Monterrey regresare por fuerza, si no ea por asuntos de trabajo, lo hare para conocer a ese pequenno mejicanito que lleva Varinia dentro, y que segun su padre, va a aprender a comer de todo, desde chile jalapenno hasta chapulines.
Y bueno... ahi se los dejo.
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