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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


Honrando una herencia tecnológica




Armando Acosta  (07-17-2009)

El microprocesador fue inventado en 1971 pero su establecimiento como núcleo de la computadora personal tardó toda una década. Antes y durante ese período, el dominio perteneció por entero a las grandes máquinas fabricadas con circuitos de pequeña y mediana escala de integración. Las cintas magnéticas, las targetas perforadas, los paneles de control de a un bit por lámpara con sus interruptores binarios para la entrada del programa de arranque, fueron por más de treinta años el de facto de toda computadora respetable.

Y fue durante esa "pre-historia" que se fomentaron los lenguajes de programación, los sistemas operativos, las redes informáticas (incluida la Internet), la ciencia Cibernética y la Inteligencia Artificial. El hombre construyó bombas atómicas, naves espaciales y viajó a la Luna utilizando máquinas de aquella primitiva especie.

Hoy es frecuente que alguien quiera aumentar la memoria de su computadora porque es "tan solo" 512 Megabytes y por eso la máquina está "lenta". El progreso es loable pero el irrespeto por las tecnologías anteriores es, a mi juicio, un indicio de inmaduréz.

Yo me he propuesto, no solo honrar sino además (y sobre todo), saborear esa herencia tecnológica diseñando y construyendo una máquina muy similar a aquellas. Sin microprocesador ni targeta de video, sin "giga-bytes", interfaz gráfica ni ratón, tan solo LEDs e interruptores (como en los viejos tiempos) y puertos series para conectar usuarios mediante terminalales de video que en tal caso serán PCs corriendo algún programa de emulación como Hyper Terminal.

Muchas cosas he ido aprendiendo a lo largo de este intrincado camino; entre ellas, que conocer es intimar y que no se conoce suficientemente el presente si no se urga (intimamente) en su pasado.

Y el pasado de nuestro PC es particularmente grandioso. El mundo, en general, no sería lo que es si no se hubieran inventado aquellos dinosaurios de lento andar e incansable crecimiento. De ellas devinieron las nuestras. Y nuestro progreso se debe en parte al trabajo creador que tanta gente realizara entre sus lámparas-bits, sus cintas magnéticas y sus targetas perforadas.

El nombre de mi "dinosaurio" es Heritage/1, que en inglés significa: herencia. Para información técnica sobre el proyecto, visitar el siguiente vínculo:

www.armandoacosta.com/cpu/.


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