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Y encima del sofá... un televisor

¿Realmente merece el televisor ese papel protagónico que solemos darle?


¿Un flat panel sobre mi buró?

¿Y por qué no... "debajo" del buró?


40 mil leguas de viajes de un marino

La misión de los condenados

40 mil leguas de viajes de un marino.




Esteban Casañas Lostal  (11-21-2002)

Contenido


  Caminando un día por La Habana, leo una gran valla que decía:”Para la Revolución lo mas importante es el hombre”, me reía mientras un perro vagabundo y sarnoso me observaba con cierto asombro, él no entendía ni yo tampoco. Con sus dientes y uñas trataba de calmar un poco su mal sin dejar de mirarme, el mejor amigo del hombre era una calamidad en cuatro patas, el hombre se había olvidado de él. ¡Que pena! Pensé en ese momento observando al animal, él no dejaba de mirarme fijo a los ojos, yo dejé de reirme.

    Han pasado muchos años de aquella guerra y hasta el momento nadie se ha atrevido a mencionar esto que hoy les traigo, unos por miedo, otros por cobardes, algunos porque han creído ciegamente en lo que hicieron y muchos no lo podrán hacer porque ya están muertos, varios deben haber caído en esa guerra, otros se marcharon por viejos, otros resolvieron sus problemas con una balsa, lo cierto es, que aun no saben que antes de partir a aquella misión, todos estaban condenados a muerte.

   Fue a finales del año 1975, en el que por todas las cuadras y barrios de Cuba, comenzaron a llegar citaciones del Comité Militar de cada Municipio, el pueblo cubano conocería a partir de ese momento, el amargo sabor que tiene una guerra, conflicto que no habíamos provocado y nos quedaba bien lejos, guerra que dividía aun mas a nuestro pueblo, familias en Miami, en Cuba y ahora un cementerio en Africa, luego estaríamos regados por el mundo entero.

   Muchos aceptaron sin saber lo que hacían, atraídos por la aventura de conocer un suelo nuevo después de tanto encierro, otros, por que no tenían otra alternativa, estaban comprometidos hasta los tuétanos con el gobierno, auto, casa, oficina, puesto de dirección de nivel bajo, pero que ofrecía muchos privilegios, no se podía decir no, de lo contrario se perdía todo aquello y los muy pocos, dieron ese paso por conciencia o convicción de que lo hacían por Internacionalistas, por revolucionarios y quién sabe si por comunistas. Cualquiera que haya sido el motivo, que bien poco vale la vida.

El barco

La Motonave “Renato Guitart”

País de construcción..Alemania.

Fecha de construcción….1961.

Eslora (largo)…...............156 metros (aprox)

Manga (ancho)….............22 metros.

Velocidad……..................12 nudos.

Espacio destinado a la carga…..7 bodegas.

Sistema de izaje…......Una mano de puntales por bodegas de 5 tn c/u.

        “ “ Una machina con capacidad de izaje de 35 Toneladas.

Botes salvavidas….....2 con capacidad para 35 personas.

Equipo de telegrafía…Un viejo transmisor Telefunken de 500 watts de salida.

Máquina Principal…....Una Man de 5600 caballos de fuerza, de ahí su reducida velocidad.

Equipos de Navegación..Radar Decca de anillos fijos de 60 millas de alcance, sextantes, ecosonda, radiogoniómetro, Giro compás C Plath.

Capacidad de agua potable……360 toneladas métricas, sin destiladora a bordo.

Su Tripulación…

Capitán………………Pedro J. Ferreiro Casas.

Primer Oficial………..Wilfredo Pineda Pelayo.

Segundo Oficial……..Esteban Casañas Lostal.

Tercer Oficial………..Jorge Marcos Joan (alias cebolla) fallecido.

Agregado de Cubierta.Vinent.

Telegrafista………….Malleza.

Sobrecargo………….Arguelles (tio del General Raul Diaz Arguelles) fallecido.

Enfermero…………...Manuel Catañeda. En el exilio (alias el cabronazo)

Jefe de Máquinas….. Manuel Tapia Dorticos. Fallecido.

2do. Maquinista…….

3er. Maquinista……..Iván Freire. Fallecido en un naufragio.

4to. Maquinista……..

4to. Maquinista……..

Ayudante de Maq….. Chicho.

1er. Electricista…….

2do. Electricista…… Marañón.

Tornero…………….. Sixto.

Engrasador………...Castillo.

Engrasador………...Justo

Engrasador…………Madrigal.

Engrasador…………Duncan Duncan

Marinero de Maq…..Guevara

Contramaestre……. Bonachea.

Pañolero……………

Timonel……………Francisquito..En el exilio.

Timonel……………Douglas Maceda.

Timonel……………Fermín

Marineros…………El Cabo. Fallecido

Marinero…………..Rivaflecha.

Marinero…………..

Marinero…………..

Marinero…………..

Marinero…………..

Mayordomo………. Garcia. Fallecido.

1er.Cocinero…….. Expósito (Secretario del Partido)

2do.Cocinero……. Trucutú.

Camarero……….. Pedrito.

Camarero………..Pedro (Walky-Talky)

Camarotero……..

Camarotero……..

   Es muy dificil recordar el nombre de cada tripulante después que han pasado tantos años, de ellos solo recuerdo en algunos casos sus apodos, de otros es imposible acordarme, porque parte de la tripulación fue relevada antes de partir, por los órganos de la Seguridad del Estado. Cualquiera de ellos puede ser utilizado para desmentir esta

real historia, no me asombraría que lo hicieran, solo sentiré pena y lástima por los que se presten para ello, los comprenderé porque viví bajo ese régimen y si hoy les cuento esto, es porque soy un hombre libre y lo puedo hacer, ellos no.

   Salimos un dia cualquiera del mes de Diciembre de 1975, cargados de vigas de acero para el puerto de Manatí en la provincia de Oriente, yo iba ocupando la plaza de Primer Oficial de manera provisional, el verdadero se quedaba en La Habana disfrutando de unos dias de descanzo y luego nos alcanzaría por tierra. Después de franquear la punta del Morro de La Habana y ordenarse poner al buque a son de mar, me retiré a descanzar pues entraba de guardia nuevamente a las cuatro de la mañana, recuerdo que ya habíamos puesto un rumbo paralelo a la costa en dirección Este, teníamos por norma alejarnos de la costa habanera unas cinco millas antes de hacer este giro.

   A los pocos minutos de estar navegando, la máquina se paró pero aquello no me interesó, era lógico que el Oficial de guardia asumiera toda la responsabilidad y llamara al Capitán inmediatamente, yo debía descanzar.

   Cuando me tocó el turno de guardia, el barco se encontraba al garete frente a la costa de La Habana del Este y a unas seis millas del faro del Morro, Cebolla me informa que la máquina principal se había fundido y que en horas de la mañana seríamos remolcados para conducirnos al dique, aquello significaba una larga estancia en La Habana.

   Así fue, los dias pasaban volando y nosotros no nos dábamos cuenta, nos sorprendió el fin de año en Cuba, esto para nosotros era un acontecimiento muy grande, porque siempre lo pasábamos lejos de la familia. Un dia, creo que fue el 5 de Enero, tomaron militarmente el barco y no pudimos salir mas de él, yo solo tenía una muda de ropa de trabajo y la que vestía en ese momento, no pude llamar a la familia para que me trajeran algo más y se comenzó a cerrar la máquina principal con urgencia, debo imaginar que la reparación había concluído para proceder de esta manera. Lo cierto es que solo nos informaron que salíamos de Misión, así y mas nada, nosotros éramos una pieza cualquiera de ese barco y propiedad del Estado, nadie nos preguntó si estaríamos de acuerdo a participar en esa aventura, nadie preguntó si teníamos algún problema que nos impidiera partir, nadie indagó si estábamos de acuerdo en jugarnos la vida en algo que realmente no nos importaba, así marchaba la isla, éramos carneros que podían utilizar a su antojo los gobernantes, en este caso el dueño y señor de todos nosotros.

   Sabíamos que aquella Misión era para Angola, de eso no teníamos la menor duda porque todos los barcos estaban siendo desviados en esa dirección, decir que no iríamos era algo más que imposible, todos los tripulantes que presentaron problemas en esa oportunidad, fueron separados de la flota y expulsados de la Empresa como rajados, nadie quería perder el empleo o el privilegio según ellos de salir de Cuba, y de verdad que era un privilegio, aquello se convertía cada vez más en una prisión gigante.

   Llegamos al puerto de Cárdenas de madrugada, fuera de la entrada al puerto pude ver un espectáculo nuevo, habían varios barcos fondeados, la mayoría de bandera rusa y todos con las antenas de sus radares funcionando, habían algunos pesqueros también, me imagino que sería una especie de cortina para despistar, porque en la entrada de Cárdenas nunca hubo esa acumulación de naves, entramos sin dificultad y nos estaban

esperando, era de suponer. Así nos sorprendió el nuevo dia, el muelle estaba tomado militarmente también y después de terminada la maniobra de atraque, sin los protocolos de rigor, embarcaron los que suponíamos eran los jefes para coordinar toda la operación, eran cientos de soldados los que se movían en aquel pequeño puerto, cada cual tenía su función y sus movimientos eran parecidas a las que llevan las hormigas, todas cargaban algo y partían generalmente de la misma dirección, debió haber sido del puesto de mando o del estado mayor. Pronto el barco se vio invadido por varias brigadas de carpinteros, que trabajaban de manera organizada dentro de las bodegas donde irían las tropas, estas se dedicaban a fijar unas con otras las literas donde dormirían los soldados, eran embarcadas por decenas hasta formar cientos, hasta que me cansé de contarlas, en las otras bodegas se comenzó el cargamento de las armas y municiones, esta labor era realizada por estibadores de experiencia del puerto, entre ellos yo tenía a algunos conocidos, ellos me manifestaron que desde que habían sido movilizados, no podían salir del puerto para absolutamente nada, y eso que ellos solo vivían a unas cuadras de las instalaciones portuarias.

   Siendo aproximadamente las diez de la mañana, el Capitán me solicitó que fuera a su camarote y una vez allí, me presentó a un Mayor del Ejercito, el cual me asesoraría en todo lo concerniente a las garantias de la Misión relacionadas con mi cargo, cada Oficial del buque seríamos atendidos por uno del ejército, quienes tenían pasavante del Ministerio de las Fuerzas Armadas, para revolver la isla si fuera necesario para garantizar la misión, por mi parte le entregué un listado de todo lo que me hacía falta, en esa lista se incluían los mapas o cartas náuticas, para la recalada a Luanda y todos los puertos angolanos.

   El Capitán me mandó a preparar tres derrotas (trayectorias) posibles, para llegar hasta Angola, una donde doblábamos por la Punta de Maisí, para tomar el mar Caribe, atravesar las Antillas Menores y luego en el Atlántico, navegar hasta Angola por círculo máximo. En la otra, navegaríamos hasta el Paso de La Mona, entre Puerto Rico y Dominicana, llegaríamos al mar Caribe, atravesaríamos las Antillas Menores y luego el mismo procedimiento hasta Angola. Por último la navegación por el norte de Puerto Rico, hasta ganar el Atlántico y poner rumbo a nuestro destino.

   Calculé el tiempo de navegación por cada derrota planificada y le informé al Capitán la demora máxima hasta Angola por la travesía mas larga, esta era de 22 dias manteniendo nuestra velocidad promedio de 12 nudos. Estando en estas operaciones en el puente, Cebolla llegaba de vez en cuando para conversar conmigo, éramos muy buenos amigos desde la escuela de Oficiales, era un tipo fuerte a pesar de que se aproximaba a la obesidad, uno de los tipos mas jodedores que he conocido en mi vida, igual era su difunto padre, quién revolvía toda la escuela con su sola presencia, Leonor su madre poseía igual carácter y sobresalía su mala lengua, de cien palabras, creo que noventa eran malas palabras, la esposa de Cebolla era conocida por todo el estudiantado como la gallega, murió antes que él, de ese matrimonio nacieron dos hijas y otra que el Cebo había criado desde que nació prácticamente, lo mas cómico de esta familia era, que en la casa todo el mundo le decía Cebolla, desde la madre hasta la mas pequeña de las hijas, lo llamaban así por el gusto que él sentía por este bulbo. Cebolla había pertenecido a las tropas especiales del ejército y se desempeñó como hombre rana en su período de servicio.

   En unas de esas oportunidades en que estaba preparando esas derrotas para Angola, el Capitán me llamó por teléfono al puente y me pidió que fuera a su camarote porque alguien deseaba tener una entrevista conmigo.

-Dígame Capitán?-

-Mira, te presento al Mayor Alberto.-

-Mucho gusto compañero.- Le dije al mulato alto que esperaba por mí.

-Mucho gusto Casañas, mira vengo de parte del Capitán Palma y necesito hablar contigo en privado.-

-Bueno lleguemos a mi camarote, está a unos pasos de aquí.-

-Está bién, bueno Capitán muchas gracias por su atención.- Dijo el mulato mientras nos disponíamos a salir de aquel camarote.

-Por nada Alberto.- Contestó el Capitán, cuando ya estábamos prácticamente afuera. La puerta contigua al salón del Capitán era la de mi camarote, una vez dentro, el tipo comienza su perorata interminable.

-Creo que no te quede dudas de quién es el Capitán Palma.-

-Por supuesto que no, él es mi jefe.-

-Bueno, tengo varias orientaciones que darte y que son muy importantes.-

-Tu dirás.-

-La primera es que irás de jefe de dos clavistas militares que embarcarán dentro de unos minutos, uno es Capitán del ejército y el otro es Primer Teniente, ambos son miembros del Departamento de Cifras del Ministerio del Interior.-

-Y por qué tengo que ser el jefe de ellos?-

-Porque serás el encargado de llevar y traer las claves militares y civiles que llevarás a bordo.-

-¿No son suficiente mis claves?-

-Negativo, las tuyas serán para las comunicaciones entre barco-empresa, las cuales no necesitarás usar durante la trayectoria, una vez concluída la misión, sellarás las militares y debes responder por ellas hasta que llegues de regreso.-

-¿Hay claves diferentes a las de Alto Cifrado?-

-Si, hay una para ser utilizada durante el momento de la recalada, dentro de unos minutos te daré instrucciones sobre su uso.-

-¿Entonces serán tres las claves que me llevaré conmigo?-

-Exacto, ahora necesito saber que posibilidades tienes de acomodar a los otros Oficiales cerca de tí-

-Ninguna, todos los camarotes han sido ocupados por la plana mayor de las tropas que vamos a recibir.-

-Pues no quedará mas remedio de que viajen en tu camarote.-

-¿En mi camarote, donde?-

-Pues uno en ese sofá y el Primer teniente en el piso.-

-¿En el piso hasta Angola?-

-Hasta donde sea, ellos van para la guerra, no salen a divertirse.-

-Si es así para mí no es ningún inconveniente, pero debes advertirles que mi cama no se la cedo a nadie porque yo hago guardias en el puente, y además, aclárales muy bien quién es el jefe en esta jugada.-

-No te preocupes por eso, vamos a ver la clave que no dominas para la recalada.-

Diciendo esto sacó de su portafolios unos sobres que puso encima de la mesa de mi sala, comenzando la rápida clase sobre el uso de la misma, era algo estúpido que solo me imagino iría en contra de la lógica, la secreta clave que sería utilizada para la recalada del buque a Luanda, era la misma que se usa en los juegos infantiles de Combate, navales o terrestres, basados en un sistema de coordenadas paralelas, sinceramente, cuando ví algo tan imbécil en el que se pondría en juego la vida de más de mil personas, me quedé frío, así es la guerra pensé para mí, como pudieran imaginarse los grandes estrategas del pentágono, que un país utilizaría un juego infantil en una guerra, después de aquella miniclase sobre el uso de una clave que conocía desde que era un infante, el moreno bajó en busca de los que serían mis compañeros de viaje, ambos llegaron con sus mochilas, cascos y fusiles automáticos como únicos equipajes, el Mayor les leyó las reglas del juego claramente sin faltar puntos ni comas, les especificó que yo era civil pero era el jefe de la Misión, que ellos emprendían desde ese momento y que a bordo del barco solo se encontraban subordinados a mí. Ellos aceptaron con la disciplina característica de todo militar y para sellar aquella unión nos dimos la mano. El Capitán sabía que su lugar para dormir era mi sofá y el Primer Teniente estaba conciente de que le correspondía el suelo, cuando todo hubo concluido, el Mayor me entregó las claves delante de ellos, salió con el Teniente a gestionar una colchoneta mientras nos despedíamos y yo le decía al Capitán que para nada debía dejar el camarote solo y abierto.

   Salí por la cubierta del barco en busca de Cebolla y lo puse al tanto de los últimos acontecimientos, el sabía que yo era el clavista del buque, era la única persona que tenía conocimiento de esto además del Capitán. Le pregunté si había sido asistido por algún Oficial del ejército para el cargo que él desempeñaba y me dijo que hasta el momento nadie lo había visitado, a mí me extrañó mucho porque el Tercer Oficial es el responsable de los equipos de salvamento de un barco. Los botes solo tenían capacidad para un reducido número de personas y los chalecos salvavidas estaban localizados en cada camarote y en algunos lugares específicos del barco para el personal que estaba de guardia, pero no teníamos para 1200 soldados que embarcarían ese dia.


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